Día Internacional del Leopardo de las Nieves: el guardián invisible de las montañas: cada 23 de octubre el mundo celebra a una de las especies más misteriosas y amenazadas del planeta. Su papel es vital para los ecosistemas de alta montaña, pero enfrenta una lucha silenciosa contra el cambio climático y la caza furtiva.
Vuelve una especie extinta hace 50 años: el milagro de estos ejemplares
¿Por qué se celebra el Día Internacional del Leopardo de las Nieves?
La fecha fue establecida en 2013 por los 12 países que conforman su hábitat natural —entre ellos Mongolia, Nepal, China, India y Rusia— con el objetivo de generar conciencia sobre su conservación. Este felino habita en las montañas de Asia Central, a más de 3.000 metros de altura, y su presencia indica la buena salud del ecosistema.
Un símbolo de equilibrio ecológico
El leopardo de las nieves es un depredador tope que regula las poblaciones de otros animales, como cabras y ovejas salvajes. Su desaparición provocaría un desequilibrio ecológico con graves consecuencias para las comunidades locales que dependen de esos entornos montañosos.
Las principales amenazas que enfrenta
Actualmente, se estima que quedan menos de 6.500 ejemplares de leopardo de las nieves en estado salvaje. Esta cifra refleja una disminución preocupante para una especie considerada clave en el equilibrio de los ecosistemas montañosos de Asia Central.
Entre sus principales amenazas se destacan la caza furtiva, motivada por el comercio ilegal de su piel, huesos y otras partes utilizadas en la medicina tradicional, y la pérdida de hábitat, consecuencia directa del calentamiento global y la expansión de actividades humanas como la ganadería y la minería.
Además, los conflictos con comunidades locales representan otro gran desafío: al reducirse su territorio natural y sus presas, los leopardos se acercan a zonas habitadas en busca de alimento, atacando al ganado y generando represalias por parte de los pastores.
Esta tensión constante entre la supervivencia del felino y las necesidades humanas dificulta los esfuerzos de conservación que, a pesar de todo, se mantienen activos en varios países de su rango natural.