Vuelve una especie extinta hace 50 años: el milagro de estos ejemplares de la paloma de Socorro, desaparecida de la naturaleza desde los años 70, vuelve a ser noticia tras el nacimiento de ocho polluelos en el Zoológico de Chester. Este hito marca un nuevo capítulo para la conservación y la esperanza de reintroducirla en su hábitat original.
La paloma que sobrevivió a la extinción
La paloma de Socorro (Zenaida graysoni) desapareció de la naturaleza hace más de medio siglo, cuando la deforestación y las especies invasoras destruyeron su hábitat en la Isla Socorro, México. Desde entonces, solo quedaban unos pocos ejemplares bajo cuidado humano en zoológicos del mundo.
Durante décadas, científicos y conservacionistas trabajaron para mantener viva la especie mediante programas de cría en cautiverio, buscando un equilibrio genético que permitiera su recuperación.
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Nacimiento histórico en el Zoológico de Chester
En una noticia celebrada por la comunidad científica global, el Zoológico de Chester (Reino Unido) confirmó el nacimiento de ocho crías de paloma de Socorro.
“Este nacimiento es una noticia para celebrar”, destacó el investigador Donal Smith, de Monash University, en una entrevista con Mongabay.
Estas nuevas crías representan un paso crucial hacia la meta de reintroducir la especie en su hábitat natural. Actualmente, menos de 200 ejemplares sobreviven en programas de conservación de todo el mundo.
El desafío de volver a casa
El objetivo final del programa es ambicioso: devolver la paloma de Socorro a su isla natal. Para lograrlo, se requiere un ecosistema restaurado y libre de amenazas como gatos, ratas y ovejas introducidas, que fueron responsables de su desaparición.
Expertos explican que “una población sana es la base crítica para devolver la especie al mundo”. Por eso, los zoológicos e institutos planean intercambiar ejemplares y protocolos de cría para aumentar la diversidad genética y fortalecer su resistencia.
Un símbolo de esperanza para la biodiversidad
El renacimiento de esta especie extinta se convierte en un símbolo de esperanza frente a la crisis de biodiversidad global. Los científicos consideran que, si el proceso de reintroducción tiene éxito, podría servir de modelo para rescatar otras especies al borde de la desaparición.
Cada nacimiento es una victoria para la naturaleza —y un recordatorio de que la ciencia, la cooperación internacional y el compromiso humano pueden revertir incluso la pérdida más irreversible.