¿Querés compartir tu comida con tu gato?: esto es lo que podés darle sin problemas. Tener un gatito es un placer y también una responsabilidad. Especialmente cuando se trata de su alimentación. Aunque muchos dueños quieren compartir sus comidas con sus mascotas, no todos los alimentos humanos son seguros para los gatos. Algunos pueden ser beneficiosos como premio ocasional; otros, directamente tóxicos.

Comidas humanas seguras para gatos

Según Hill’s Pet Nutrition, estos alimentos pueden ofrecerse en pequeñas porciones y bien cocidos:

Consejo clave: usalos como premios ocasionales y nunca deben superar el 10% de su ingesta calórica diaria.

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Algunos alimentos humanos pueden ser un mimo saludable para tu gato, pero otros pueden enfermarlo seriamente (PINTEREST)

Alimentos peligrosos para gatos

Hay productos comunes en nuestras cocinas que pueden ser tóxicos o peligrosos para los felinos. Estos son los principales que debés evitar por completo:

Claves para una alimentación segura y saludable para tu gato

Base equilibrada y completa

La alimentación principal de tu gato debe ser un alimento formulado específicamente para cubrir todas sus necesidades nutricionales. Estos alimentos comerciales (secos o húmedos) están diseñados para aportar las proteínas, grasas, vitaminas y minerales esenciales para su salud y bienestar.

Los alimentos humanos seguros pueden ofrecerse como un complemento o premio ocasional, nunca como sustituto de su dieta habitual. Los premios no deberían superar el 10% del total calórico diario, para evitar desbalances nutricionales o exceso de peso.

Si es posible, combina alimento seco y húmedo, ya que los gatos suelen ser sensibles a texturas y sabores. Introducir diferentes texturas desde pequeños ayuda a que sean menos selectivos y eviten problemas de alimentación en el futuro.

Nunca le des a tu gato alimentos tóxicos o con ingredientes dañinos, como cebolla, ajo, chocolate, uvas o edulcorantes. Incluso pequeñas cantidades pueden afectar su salud seriamente.

Carnes y pescados deben estar siempre bien cocidos y sin huesos ni espinas para prevenir infecciones o lesiones. Evitá alimentos crudos o procesados con alto contenido en sal o grasas.