Las estadísticas indican que, para 2050, la población aumentará hasta casi los diez mil millones de personas. En este contexto de crecimiento poblacional gracias a las nuevas tecnologías y los avances médicos, en la actualidad es fundamental discutir un tema: el alimento. Desde su producción hasta su distribución y, sobre todo, la necesidad de evitar el desperdicio.

Todo eso trabajó el estudio del World Resources Institute, Creando un futuro sostenible para la alimentación, en el que se plantearon algunos lineamientos para repensar este tema que nos interpela.

El panorama planteado

La situación es esta: mientras se intenta combatir la pobreza, reducir la contaminación y evitar la pérdida de hábitats naturales, cada vez necesitamos producir alimentos para más personas, sobre el mismo suelo que tenemos hoy.

Además, los especialistas aseguran que los sistemas alimentarios continuarán enfrentando complejos desafíos globales, lo que hará crecer las tensiones en el sector.

¿Cuál es la solución?

Después de un largo análisis de la situación, el estudio propuso 22 soluciones cuidadosamente detalladas que contemplan los desafíos del uso del suelo, el suministro de alimentos y las emisiones de efecto invernadero.

Entre ellas, se propone tener en cuenta la agroecología para lograr un sistema alimentario sostenible. Esto significa crear un sistema que imite la naturaleza y reemplace los fertilizantes y otros productos no naturales por conocimiento sobre cómo una combinación concreta de diferentes plantas y animales puede crear un entorno más proclive para producir alimentos.

“Se necesita una transformación profunda en todas las escalas frente a los cambios demográficos, el aumento de la presión y la competencia por los recursos renovables, cada vez más graves consecuencias del cambio climático y la pérdida de biodiversidad”, aseguraron en otro informe reciente, el del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CFS, por sus siglas en inglés).

Virar hacia la alimentación de origen vegetal

Gran parte de los recursos que se utilizan hoy para generar alimentos tienen que ver con la industria ganadera. Por un lado, requiere grandes insumos de tierra y genera la mayor cantidad de emisiones relacionadas con el calentamiento global. Por otro, genera mucho más desperdicio.

En suma, la alimentación basada en carne es mucho menos sostenible que la que se sustenta en vegetales.

Evitar el desperdicio

Finalmente, uno de los grandes ejes que se están planteando para poder pensar en una alimentación sostenible en el tiempo es reducir la cantidad de desperdicio que se genera en la industria alimentaria.

Esto va mucho más allá de lo que se desecha a nivel doméstico. Por supuesto que, como medida individual, es una buena práctica no comprar más alimento del que se va a consumir. Pero los grandes desperdicios también tienen que ver con la producción y distribución, y sobre ellos también trabaja el informe de WRI.

Desde energía solar en las granjas para mantener la cadena del frío en el inicio del ciclo de vida del alimento hasta el descubrimiento de nuevos elementos naturales que inhiben el crecimiento de las bacterias, cualquier innovación es clave para reducir el tercio de los alimentos que se tiran a la basura hoy en día.

Estos estudios son muy importantes porque nos dan la pauta de que es necesario actuar, y hacerlo cuanto antes. Pero tienen, también, su dosis de esperanza.

Fuentes:

National Geographic

World Resources Institute