Si bien de pequeños nos han educado con la idea de que desperdiciar comida está mal, lo cierto es que cada día terminan en la basura alrededor de 1300 millones de kg. de comida en todo el mundo.
Estos desperdicios resultan principalmente de la industria vinculada a los alimentos, y serían capaces de alimentar a casi todas las personas que pasan hambre en el mundo si se organizaran y aprovecharan.
La FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura) explica que “las pérdidas y desperdicios de alimentos impactan la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reducen la disponibilidad local y mundial de comida, generan pérdidas de ingresos para los productores, aumentan los precios para los consumidores e impactan de manera negativa en su nutrición y salud, y afectan al medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales”.
Aunque la mayor cantidad de desperdicios provenga de la industria alimentaria, ya sabes que los pequeños cambios también pueden tener un enorme impacto. Por eso, te damos algunos trucos para no desperdiciar nada de comida.
Haz compras más inteligentes
Uno de los principales factores que generan desperdicio de comida es no comprar de forma inteligente.
¿Qué quiere decir esto? Que muchas veces compramos “por las dudas” cosa que luego no comemos. En el momento de ir al súper te tientas con cosas que al final nunca consumes y quedan generando olor en el refrigerador.
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Por eso, organizar tus compras es un enorme primer paso para no desperdiciar comida. Aquí algunas ideas:
- Planifica tus comidas: haz una planificación semanal de tus comidas. No sólo comprarás de forma inteligente, sino que le harás un favor a tu nutrición.
- Haz una lista: y sobre todo (lo más importante) limítate sólo a lo que hay en la lista. Si hiciste bien la planificación de comidas no tiene que faltarte nada.
- Calcula las cantidades: no compres de más porque sí. Asegúrate cuántas personas comerán y compra en base a ello.
Ordena con ganas el refrigerador
Muchas veces la comida se desperdicia porque no recordamos que está ahí hasta que es demasiado tarde: lo recordamos por el olor que sale del refrigerador.
Lo mejor para evitar que esto ocurra es tener la nevera bien ordenada. Aquí van algunos tips:
- Pon los ingredientes similares juntos: así, cuando busques cierto tipo de alimentos, verás todo lo que tienes.
- A la vista: intenta que las cosas que tienes en el refrigerador estén siempre a la vista. Utiliza recipientes transparentes para organizar la comida.
- Anota: puedes tener en la puerta de la nevera una pizarra donde anotas todo lo que tienes, y borras lo que se acaba… ¡Así sabrás todo lo que hay sin siquiera abrirla!
Aprende a conservar
Si a pesar de todo te quedan alimentos sin utilizar no te preocupes, es lógico. No siempre se puede calcular todo a la perfección. Pero lo mejor que puedes hacer es no esperar hasta que las cosas ya no sirvan más para hacer algo con ellas. Mejor, conserva.
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- Ante la duda, utiliza el freezer: si tienes la posibilidad de congelar alimentos… ¡Hazlo! Es la mejor forma de conservarlo y hasta las cosas más pequeñas pueden servirte en alguna comida.
- Haz conservas: escabeche, salsas en frascos herméticos, mermeladas… ¡las opciones son infinitas!
Comparte para no tirar
Si vives solo o en pareja, tal vez haya productos que no se llegan a consumir completos, pero que sin embargo no quieres dejar de comprar.
Para ello, una buena idea es compartir las compras. ¿No hay algún amigo que esté en la misma situación que tú?
Además de no desperdiciar comida, seguro consigues mejores precios compartiendo la compra.
Anímate a reutilizar tus alimentos
Finalmente, no debes dejar de aprovechar los restos de comida para hacer nuevas cosas. Sé original, hay muchas recetas increíbles que puedes preparar.
Algunas ideas:
- Haz rellenos: los restos de comida tal vez no sirvan para un platillo nuevo, pero bien pueden servir para rellenar un taco, una tarta o hasta pasta.
- Sopas: los restos de verduras son increíbles para hacer más nutritivas tus sopas. ¡Aprovecha!
- Salsas: ni que hablar que puedes usar las sobras de comida para hacer increíbles salsas que acompañen tus pastas. Nunca viene mal.