Los incendios forestales son producto de un fuego imprevisto, que se extiende sin control y arde en áreas naturales, afectando la vegetación, flora y fauna. Estos fenómenos son muy peligrosos y pueden expandirse rápidamente, sus consecuencias son devastadoras para la naturaleza y comunidades humanas. Y peor que esto, existen varios tipos de ellos y todos son de alto riesgo, por lo que es necesario conocer la prevención y responsabilidad que se debe tener sobre ellos.

Un incendio forestal tiene la capacidad de extenderse con velocidad desde su lugar de origen. También tiene el potencial para cambiar de dirección inesperadamente e incluso, superar obstáculos como carreteras y ríos.

Los causantes de la mayoría de estos tipos de incendios somos los seres humanos. En este sentido, pueden ser originados accidentalmente, como cuando las personas queman escombros, no prestan atención a una fogata o al botar cigarrillos. También pueden generarse apropósito, a lo cual se le llama incendio premeditado. Y de igual forma, los rayos y la lava pueden ocasionar un incendio forestal cuando las condiciones son secas.

Estadísticas

Cuando un incendio forestal escapa del control humano, alimentado por el clima y la maleza, puede consumir todo lo que encuentra a su paso en cuestión de minutos. Las estadísticas mundiales de estos incendios indican que cada año se produce una medida de más de 100.000, que queman entre 1,6 y 2 millones de hectáreas de terrenos.

En los últimos años, los incendios forestales han devastado 3,6 millones de hectáreas. Fenómenos como estos se mueven a una velocidad de 23 kilómetros por hora y acaban con todo lo que encuentran a su paso.

Los violentos incendios que arden en la naturaleza tienen lugar en todo el mundo, pero sobre todo en lugares donde hay más sequía. O en defecto, donde las condiciones del clima sean adecuadas para que ellos puedan extenderse sobre miles de kilómetros.

Causas de los incendios forestales

Las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales son muy variadas. Pero en todas ellas existe el mismo presupuesto, esto se refiere a las de grandes masas de vegetación. Siempre y cuando interactúe la concurrencia de periodos más o menos prolongados de sequía.

En tiempos de poca lluvia, el calor solar produce una deshidratación en las plantas que intentan recuperar el agua perdida del sustrato. No obstante, cuando esta humedad del terreno disminuye a menos del 30% las plantas son incapaces de sustraer agua del suelo y se van secando poco a poco. Todo este proceso origina la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación, altamente combustible y fácilmente inflamable. Aunado a esto, las condiciones climáticas como altas temperaturas y vientos fuertes hacen posible que una simple chispa provoque un gran incendio.

Por otra parte, al margen de las condiciones naturales, cabe destacar que en la mayoría de los casos, las causas de los incendios forestales son acciones humanas. Y se pueden clasificar de la siguiente manera:

Intencionados: de acuerdo a los datos del Gobierno de España, representan al menos el 60% de los casos. Los motivos pueden ser muchos, pero la más común es la quema no autorizada, ilegal e incontrolada de superficie agrícola. Ya sea para la eliminación matorrales o rastrojos. Después de esta también destacan la piromanía, vandalismo o venganza. Y por último, algunos son ocasionados por la motivación de ahuyentar animales como lobos, bajar el precio de la madera y la especulación urbanística.

Causas accidentales: representa de un 20% a un 25% de los caso, en esta categoría entran las quemas agrícolas autorizadas pero que se salieron de control. Otras de las causas son los cigarrillos y hogueras mal apagadas, motores, máquinas, quema de basura, trabajos forestales, etc.

Rayo: una causa natural que provoca alrededor del 5% de los incendios forestales.

Desconocidas: cerca del 15% de los casos no es posible definir la causa.

Reproducciones de incendios anteriores: en pocas ocasiones (cerca del 2%) de la cusa de un incendio es la reproducción de uno anterior que no se extinguió completamente.

Tipos de incendios forestales

A la hora de considerar las medidas más apropiadas para la prevención y extinción de un incendio es necesario conocer qué tipo es. Estos fenómenos se pueden distinguir por el lugar donde se extiende y el tamaño.

De acuerdo a donde se propaga:

Fuego de suelo o subsuelo: es este tipo de incendios, el fuego se propaga por la materia orgánica en descomposición y las raíces. Por lo generar se queman despacio y con poco llama o ausencia de ella.

Fuego de superficie: en este caso el incendio se extiende por el combustible que se encuentra en el suelo como arbustos, hierbas y madera caída.

Fuego de copas pasivo: es el fuego que avanza por las copas de los árboles, el mismo es acoplado y dependiente de un fuego de superficie.

Fuego de copas activo: el mismo avanza por las coronas de los árboles de forma independiente del fuego de superficie. Suele necesitar un viento de 30 km/h para propagarse.

De acuerdo al tamaño:

Incendios de sexta generación: este tipo de fuego es tan potente que lanza columnas de aires muy calientes a la troposfera. Y luego de que ellas se enfrían allí descienden sobre el suelo originando muchos focos secundarios.

Grandes incendios forestales: se denominan así a los incendios que superan las 500 hectáreas afectadas. Y se caracteriza por presentar un comportamiento que queda fuera de la capacidad del sistema de extinción.

Incendios normales: son todos aquellos que alcanzan una extinción entre 1 y 500 hectáreas.

Conatos: corresponden a los que no supera 1 hectárea de superficie quemada.

Según el elemento que dirige el incendio:

Gas, topográfico, conductivo por viento y combustible.

Consecuencias de los incendios forestales

Destrucción de la vegetación por un incendio forestal

Los incendios forestales ocasionan graves daños en los ecosistemas naturales y en la estructura económica y social. Pueden acarrear la pérdida de la biodiversidad y de los hábitats para numerosas especies, suponer pérdida de bienes o incluso vidas humanas. O bien sea pérdidas de valor monetario por actividades que se realizaban en esa área donde se originan.

Cuando un incendio forestal tiene lugar produce inevitablemente la degradación de los recursos naturales. Por ejemplo; contaminación del agua, emisiones de CO2 a la atmósfera (lo que contribuye al efecto invernadero), incremento del riesgo de erosión y pérdida del suelo.

En algunas ocasiones también generan problemas en la salud de las poblaciones humanas que están a aproximadas al área afectada. Destrucción de infraestructuras como casas, postes de electricidad y comunicaciones, almacenes, etc. Y de igual forma, la alteración del equilibrio del medio ambiente y hasta un impacto sobre el paisaje.

Como podemos ver, son muchas las consecuencias que nos deja un incendio forestal. Por ello también existen muchas maneras de poder evitarlos.

¿Cómo prevenirlos?

La prevención de los incendios forestales se basa en dos partes, la primera es intentar evitar que se provoquen. Y la segunda es minimizar las consecuencias una vez declarados. En tal sentido, el fuego que podemos prevenir es el que nosotros generamos de manera consiente o accidental, pudiendo hablar de los siguientes tipos de medidas:

La conciencia social: es necesario que la población esté educada sobre el uso racional del fuego. De esta manera pueden evitar situaciones riesgo. Para esto se debe realizar campañas informativas y multas coercitivas. Este tipo de medida puede prevenir que las mismas arrojen cerillos encendidos en la carretera y en los bosques. Que no hagan fogatas, no estacionen el automóvil en la orilla de la carretera donde hay hierba seca etc.

Cuidado y planificación: entendiéndose con esto a las masas forestales y lo bosques, mediante la realización de cortafuegos. Además de una extensa red de pistas forestales y depósitos de agua.

Limpieza periódica de los bosques: realizar labores selvícolas y labores de desbroce.

Tener un mejor aprovechamiento de económico de los bosques.

Realización de quemas preventivas: durante periodos de bajo riesgo de incendios

Adopción de medidas legislativas: orientadas a prevenir que existan personas que puedan sacar provecho de un incendio.

Reforzar la persecución policial, judicial y los niveles de vigilancia.

Por otra parte, las medidas que puede tomar cada ciudadano son realmente sencillas:

No dejar nada inflamable después de acampar.

No encender fuego en los montes en condiciones desfavorables.

No prender fuego en terrenos.

Apagar el fuego de inmediato, en caso de ver una fogata o el inicio de un incendio cercano.

Pedir ayuda de inmediato si pierde el control de fuego.

En prácticas agrícola, hacer una brecha si se va usar fuego para limpiar el terreno.

Podemos evitar más incendios forestales, cuidar la naturaleza es tarea de todos.