Las abejas son pequeños insectos pero un factor muy importante para la polinización, y esto no solo beneficia a las plantas, sino también a los humanos que nos alimentamos de ellas. Por lo tanto, cuidar a las abejas es fundamental para sobrevivir.

Pero además, las abejas nos podrían ayudar con algo que nos afecta mucho: la contaminación de las ciudades.

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(Fuente: Unsplash)

Un nuevo campo de investigación

La geoquímica urbana es un campo emergente en el que los desafíos científicos y sociales, que incluyen la rápida urbanización y el crecimiento de la población, obligan a la investigación de biomonitores de fácil acceso para determinar la fuente, el transporte y el destino de los contaminantes de metales pesados ​​en las ciudades.

Investigando con ayuda de las abejas

Los análisis en la miel han demostrado recientemente su eficacia como biomonitor para identificar la distribución de las fuentes de plomo.

Investigadores de la Universidad de British Columbia, Canadá recolectaron miel directamente de colmenas en seis sectores geográficos en Vancouver, British Columbia para investigar la presencia de posibles contaminantes de diferentes distritos de zonificación: urbano, industrial, residencial y agrícola.

La investigación estuvo liderada por la Dra. Kate E. Smith y fue publicada en la revista Nature.

Resultados


Las variaciones sistemáticas en las concentraciones de elementos traza y las composiciones isotópicas de plomo en las mieles reflejan la proximidad a las actividades antropogénicas de uso de la tierra, como los puertos de embarque y el tráfico pesado.

La muestra de miel de colmenas del centro de la ciudad, cerca del Puerto de Vancouver, muestra concentraciones elevadas de elementos traza en comparación con la miel suburbana y rural.

Este estudio presenta los primeros datos de isótopos de plomo en la miel de América del Norte, y respalda el uso combinado de elementos traza y composiciones isotópicas de plomo en la miel como biomonitor geoquímico.

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Fuentes:

Nature