La esponja carnívora que puede comerse animales enteros: un equipo internacional de investigadores descubrió una criatura marina depredadora única y otras treinta especies nuevas en las heladas aguas de las Islas Sandwich del Sur, un hallazgo que desafía lo que se creía sobre la vida en los ecosistemas más fríos del planeta.

Una criatura inesperada en las profundidades antárticas

En las profundidades heladas del océano Austral, cerca de las remotas Islas Sandwich del Sur, los científicos encontraron una esponja carnívora con una apariencia tan inusual que fue apodada “Death Ball” (Bola de la Muerte).

A diferencia de la mayoría de las esponjas, que se alimentan filtrando el agua, esta especie —denominada provisionalmente Chondrocladia sp. nov.— caza, atrapa y digiere presas.

Se trata de un organismo blanco y esférico, cubierto de filamentos armados con pequeños ganchos, capaces de sujetar pequeños animales en las corrientes profundas.

El biólogo Javier Cristobo, del Instituto Oceanográfico Español, explicó:

“Cada gancho actúa como un arma de captura. Es un tipo de carnivorismo muy diferente de lo que observamos habitualmente en las esponjas”.

Este hallazgo amplía el conocimiento sobre cómo evoluciona la vida en ambientes extremos, donde la presión es enorme, la luz solar no alcanza y la temperatura roza el punto de congelación.

Una expedición internacional en un territorio casi desconocido

Extinción de la musaraña: el mundo acaba de perder otra especie

En las profundidades heladas del océano Austral, cerca de las remotas Islas Sandwich del Sur, los científicos encontraron una esponja carnívora con una apariencia tan inusual que fue apodada “Death Ball” (Bola de la Muerte). (Imagen: msn.com)

El descubrimiento fue realizado por un equipo del proyecto The Nippon Foundation–Nekton Ocean Census, en conjunto con el Schmidt Ocean Institute.

La expedición se llevó a cabo en el buque de investigación R/V Falkor (too), equipado con tecnología de alta precisión. Gracias a vehículos operados remotamente (ROV), cámaras de alta definición y mapeo del fondo oceánico, los científicos recolectaron cerca de 2.000 especímenes a más de 3.000 metros de profundidad.

Allí, donde confluyen las aguas del Atlántico Sur y la Antártida, el ecosistema presenta condiciones únicas y prácticamente inexploradas.

Michelle Taylor, jefa científica de Ocean Census, explicó:

“El aislamiento de las Islas Sandwich del Sur crea un mosaico de especies únicas. Apenas estamos comenzando a comprender este ecosistema”.

Más hallazgos sorprendentes: nuevas especies y comportamientos nunca antes vistos

La esponja carnívora no fue la única sorpresa. La expedición identificó al menos 30 nuevas especies, entre ellas:

Los investigadores aceleraron el proceso de clasificación trabajando en terreno, lo que permitió avanzar en meses lo que normalmente lleva más de una década.

Por qué este hallazgo es clave para la ciencia y la conservación

Más del 90% de las especies del océano aún no han sido registradas. De los millones de organismos que se estima habitan las profundidades, solo 240.000 están identificados formalmente.

Por eso, el descubrimiento de la “Death Ball” no es solo una curiosidad científica: es una señal de lo mucho que todavía no conocemos.

Verity Nye, responsable de la clasificación de especies, lo resume claramente:

“No se puede proteger lo que no se conoce”.

Los datos recolectados ya forman parte de la plataforma Ocean Census Biodiversity Data Platform, de acceso abierto para investigadores del mundo.