¿Alguna vez, paseando por un parque o yendo a trabajar, decidiste mirar hacia arriba y notaste que hay más “cosas” de las que imaginabas? ¿Alguna vez te cruzaste con una pluma en el suelo cuyos colores despertaron tu curiosidad? ¿O tal vez el canto de un ave que no podías reconocer se quedó grabado en tu memoria? La observación de aves o birdwatching en inglés, es una actividad de bajo impacto y rápido crecimiento. Lo que empezó como el ejercicio científico propio de un grupo selecto de ornitólogos (especialistas en aves), se ha vuelto el goce de una enorme comunidad de aficionados a lo largo del globo.

La observación de aves se centra en la contemplación de especies silvestres y su comportamiento. Es una actividad apta para toda la familia y depende de cada uno qué tanto desea profundizar en ella. Desde la mera observación y disfrute de las distintas especies, hasta su reconocimiento, catálogo y registro en artículos de divulgación científica o plataformas de ciencia ciudadana. En el día de hoy, te invito a acompañarme a un paseo por el maravilloso mundo de las aves y su observación.

Macho de Halconcito Colorado (Falco sparverius) en la estación Villa Luro del tren Sarmiento (CABA). Las aves rapaces son muy territoriales: esta estación es frecuentada por una pareja estable. Foto: Mayra Selene Caballero.

Primeros pasos

El primer paso es la curiosidad. Las ganas de salir a prestarle más atención a esos seres emplumados que están a nuestro alrededor. Los horarios de mayor actividad para estos animales son temprano por la mañana o cerca del atardecer, adecuándose a los cambios de temperatura de las estaciones. Es recomendable llevar agua, ropa y calzado cómodo, protector solar, repelente de mosquitos y algo para anotar. Aquellos que cuenten con cámaras fotográficas, descubrirán pronto el placer de darles uso.

Habrá que tener presente dedicarle algunas horas a la búsqueda; en especial cuando recién se empieza, puesto que encontrar ejemplares cuesta un poco. Hay que entrenar la vista y la audición. Los binoculares son el mejor amigo del observador de aves, pero no hay que desanimarse si uno no los tiene: en salidas grupales, siempre habrá alguien que lleve, dispuesto a prestarlos.

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Dónde buscar aves

Si bien las aves están a nuestro alrededor donde quiera que vayamos, existen lugares donde se agrupan más especies y eso nos permite apreciarlas mejor. Son lugares donde obtienen alimento, pareja y refugio. En las ciudades, estos lugares mayormente son las Áreas Naturales Protegidas (ANP), los parques, las plazas y demás espacios verdes que cada metrópolis tenga para ofrecer. En Argentina, por ejemplo, un buen listado de ANP para comenzar se puede encontrar en este link. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es posible consultar los espacios verdes de cada comuna en esta página; no obstante, las estrellas de la observación de aves son Parque Sarmiento, Parque Avellaneda, Parque Centenario y Parque las Heras.

Ejemplar de Garza Blanca (Ardea alba) en Reserva Natural Urbana de Morón (Bs. As). Las aves acuáticas son un gran atractivo para los observadores de aves. Foto: Mayra Selene Caballero.

Quiénes pueden ayudarme a empezar

En Argentina existe una red de Clubes de Observadores de Aves (COA) afiliados a la asociación Aves Argentinas. Éstos son agrupaciones de carácter totalmente independiente, voluntarias y sin fines de lucro, que organizan periódicamente salidas de avistaje gratuitas y abiertas a todo público en distintos lugares a lo largo del país. Uno puede buscarlos en las redes sociales y enterarse de cuándo se organizará una salida.

La ventaja de unirse a una salida grupal es que las personas con mayor experiencia pueden señalarnos aquellos ejemplares que no logramos avistar por nuestra cuenta, al igual que contarnos información interesante acerca de las diferentes especies. Asimismo, es una gran oportunidad para conocer gente interesada en el tema y hacer amistades. Es muy loable animarse a sumarse a alguna de las salidas organizadas por los COA, cuyos miembros saben transmitir su amor y conocimiento sobre la naturaleza de modo ameno. A su vez, no todo es aves: se termina aprendiendo de plantas, insectos y mucho más.

No todo son aves. Individuo juvenil de Lagarto Overo (Salvator merianae) en Reserva Ecológica Vicente López (Bs. As). Los ejemplares de esta especie disfrutan de salir a tomar sol cerca de los senderos. Foto: Mayra Selene Caballero.

Herramientas para aquellos que desean profundizar

Además de los binoculares y las cámaras fotográficas, existen otras herramientas útiles para los observadores más asiduos y comprometidos, que complementan perfectamente a las primeras. Una de ellas son las guías de campo: libros o folletos impresos o virtuales que cuentan con imágenes, nombres y descripciones de las diferentes especies, haciendo foco en los caracteres útiles para su identificación. Pueden ser de todo el país, regionales o locales.

Las más utilizadas y recomendables en Argentina son la Guía Identificación de Aves de Argentina Y Uruguay (de Tito Narosky & Dario Yzurieta) y la Guía Audiornis de las Aves de Argentina (de Bernabé López-Lanús). Sin embargo, hay infinidad de guías locales a precios accesibles si uno desea empezar por algo más acotado. Algunos COA inclusive han generado su propio material, como el COA Carancho (Palermo), que cuenta con una Guía de Aves de Los Bosques de Palermo.

Otra herramienta que ha crecido en los últimos tiempos, son las aplicaciones para el celular y/o computadora. Las más extendidas son E-Bird; ArgentiNat, derivada argentina de Í-Naturalist y Merlin de Cornell Lab. Suelen pesar bastante debido al banco de imágenes y sonidos que manejan, siendo empero una alternativa interesante y gratuita a las guías impresas.

Algunas de estas aplicaciones funcionan como redes sociales, donde uno sube un registro y la comunidad más experimentada ofrece identificación. Asimismo, existen muchos proyectos de ciencia ciudadana, donde cada observación suma información valiosa sobre el estado de preservación de una especie. De este modo, uno colabora con el estudio y la posible implementación de medidas de conservación de la fauna silvestre.

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La majestuosidad surca los cielos. Adulto de Gavilán Mixto (Parabuteo unicinctus) en pleno barrio de Vélez Sarsfield (CABA). Las rapaces son primordiales para mantener la sanidad ambiental. Foto: Mayra Selene Caballero.

Si llegaste hasta acá, te invito a sumarte a esta hermosa comunidad de observadores de aves. La experiencia la adquirís a tu ritmo. Salir a avistar aves es una oportunidad para combatir el estrés, la monotonía y para reconectar con la naturaleza de la que somos parte.

¡Hora de agarrar ese anotador y las ganas de pajarear!