Santuario en Sierra Leona denuncia minería y deforestación: una protesta en el mayor refugio de chimpancés cierra sus puertas por la tala de árboles.
El Santuario de Chimpancés Tacugama, uno de los principales destinos de ecoturismo de África Occidental, suspende sus visitas como forma de protesta frente al avance implacable de la tala ilegal y la apropiación de tierras.
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Más de dos meses sin visitantes en Tacugama
Los refugios ecológicos y senderos del mayor santuario de chimpancés de África Occidental, ubicado en las afueras de Freetown, Sierra Leona, llevan más de dos meses cerrados al turismo. La decisión fue tomada por su fundador, Bala Amarasekaran, quien denuncia la creciente deforestación descontrolada que amenaza no solo al santuario, sino también a la biodiversidad de la región.
“Hace unos meses, podíamos ver la apropiación de tierras y la invasión acercándose al santuario”, declaró Amarasekaran, quien fundó el refugio hace 30 años. “Es demasiado peligroso cuando la gente se acerca tanto a una reserva de vida salvaje”.
Deforestación y apropiación de tierras: una amenaza creciente
Según datos de Global Forest Watch, Sierra Leona perdió más de 2,17 millones de hectáreas de bosque entre 2001 y 2024, lo que representa el 39% de su cobertura arbórea desde el año 2000. Solo en la península occidental, donde se ubican Tacugama y la capital, Freetown, se perdieron más de 10.000 hectáreas en el mismo período.
Amarasekaran responsabiliza a la apropiación de tierras para desarrollos urbanos y mineros, que impulsan la tala indiscriminada en zonas protegidas. “La deforestación amenaza directamente la existencia del santuario”, afirmó.
Un santuario con historia y compromiso
Fundado en 1995, el Santuario de Chimpancés Tacugama nació con el objetivo de rescatar chimpancés huérfanos y luchar contra el tráfico ilegal de fauna. Hoy es también un centro de investigación, educación ambiental y desarrollo comunitario.
Además de cuidar a cerca de 100 chimpancés occidentales en peligro crítico de extinción, el santuario promueve programas de sostenibilidad, conservación y medios de vida alternativos para las comunidades locales. También ofrece actividades de ecoturismo, con seis ecoalojamientos inmersos en la selva.
El Gobierno interviene, pero no alcanza
Amarasekaran reconoció que el gobierno del presidente Julius Maada Bio envió un grupo de trabajo para realizar operativos contra la tala ilegal. Sin embargo, criticó la falta de continuidad en las acciones: “Hubo redadas, pero sin seguimiento, los problemas persisten”.
El activista también recordó que la deforestación ya ha tenido consecuencias trágicas. En 2017, un deslizamiento de tierra en el monte Sugar Loaf —agravado por la pérdida de cobertura vegetal— provocó la muerte de cerca de 1.000 personas.