Hacerse voluntario o voluntaria es una decisión muy personal que se debe tomar valorando todas las causas que nos motivan, nuestras capacidades, aptitudes, y teniendo en cuenta las necesidades del entorno.
Solemos pensar que las personas que son voluntarias en alguna asociación o actividad puntual, no reciben nada a cambio de su trabajo. Nuestro sistema capitalista nos enseña desde muy pequeños que debemos trabajar para obtener un beneficio monetario. Resumiendo, trabajamos para ganar dinero y mejorar nuestra calidad de vida gracias a ello.
¿Pero, y si eso no es siempre así? Incluso en Okinawa, la isla con más personas centenarias del mundo, han creado un sistema de asociaciones para ayudarse entre ellos y colaborar en la comunidad. Es un trabajo que los mantiene activos y fomenta las buenas relaciones vecinales.
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Es importante recordar que aunque sea una actividad voluntaria se presupone responsabilidad y formalidad en el trabajo. Por eso y dependiendo de la labor a realizar, es posible que tengamos que firmar un acuerdo de voluntariado con las cláusulas imprescindibles.
Los beneficios que vamos a señalar en este artículo, son en gran medida comunes a todas las personas que practican el voluntariado. Aunque pueden causar diferencias individuales dependiendo de la situación y/o el entorno general de cada uno.
Nos centramos en los beneficios del voluntariado ambiental, pero podemos extrapolarlo a casi cualquier tipo de actividad voluntaria.
1. Beneficios personales
- Nivel físico:
Depende de la actividad elegida; por ejemplo una limpieza de basura en la playa te reportará beneficios al caminar y al tomar sol. Puedes elegir una labor de más o menos impacto, pero siempre te acabará generando mejoras como rebajar los niveles de colesterol o incrementar la salud cardiovascular, entre otros.
- Nivel mental:
Mejora tu salud mental a muchos niveles. Reduce el estrés, la ansiedad y ayuda a subir la autoestima. También es una gran oportunidad para socializar, y conectar con personas involucradas con tus mismos intereses. Nos ayuda a confiar en nosotros mismos y a disfrutar sanamente del reconocimiento y la gratitud de la comunidad.
- Nivel espiritual:
La colaboración en actividades medioambientales nos aporta sensación de propósito, contribución y cooperación en la sociedad. Esto se puede sintetizar en un sentimiento de satisfacción personal exponencial.
2. Beneficios profesionales
- Habilidades y experiencia:
El voluntariado nos facilita una gran oportunidad para aprender y consolidar nuevas habilidades en áreas que pueden ser beneficiosas para el futuro laboral. Por eso, es recomendable que la búsqueda de una actividad voluntaria se centre en el ámbito en el que deseas desarrollar tu carrera profesional.
Añade tu experiencia como voluntario al currículum o carta de presentación. Las empresas con las que quieras trabajar valorarán positivamente tu iniciativa y entenderán que te has preocupado por mejorar tus competencias.
- Red de contactos:
No debemos subestimar la importancia de ampliar nuestra red de contactos en el ambiente laboral. El voluntariado es una forma de conocer a personas con intereses similares, de las que vamos a aprender y con las que podemos crear una conexión profesional en el futuro.
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3. Beneficios a la comunidad y al medio ambiente
- A la comunidad:
Las ganancias para la comunidad son innumerables. Por poco que aportemos con nuestro trabajo, el voluntariado ambiental siempre va a conseguir una mejora considerable, desde la conservación de recursos, la mejora de la calidad del aire y del agua, la reducción de la huella de carbono, la mejora de la salud de la población, incluso, el ahorro de dinero.
- Al medio ambiente:
Hemos dejado el punto más importante en último lugar, el medio ambiente. Razón por la cual los voluntarios ambientales nos movilizamos en el mundo entero.
Aportar nuestro granito de arena para conseguir minimizar la huella que deja el ser humano en la naturaleza, y así proteger la biodiversidad de nuestro planeta.