Seguramente te haya pasado más de una vez estar realizando una actividad emocionante, y verla interrumpida por un molesto calambre. Ya sea que estés haciendo deporte, manteniendo relaciones sexuales o entrando en el sueño, los calambres pueden aparecer para arruinar el momento.

Es normal, y la buena noticia es que hay varias formas de prevenirlos, y también de frenarlos una vez que aparecen.

Por qué nos acalambramos

Antes de empezar, hay que saber qué es un calambre: se trata de un espasmo o contracción involuntaria de los músculos, normalmente muy doloroso, que puede durar entre algunos segundos hasta varios minutos.

Puede producirse por numerosos motivos, entre otros:


Para evitar que un doloroso calambre interrumpa nuestras actividades, se pueden utilizar los siguientes métodos:

Aumentar la intensidad poco a poco

Si vas a realizar una actividad física, es importante que hagas un precalentamiento, para no someter a los músculos a un esfuerzo desmedido de pronto. Es importante que la intensidad también vaya subiendo gradualmente.

Esto puede parecer obvio, pero no lo es, sobre todo si tenemos en cuenta que es importante hacerlo también antes de realizar actividades cotidianas que requieren un desgaste muscular.

Antes de tener relaciones sexuales, por ejemplo, no es mala idea calentar los músculos, que después de todo tendrán mucha actividad. Lo mismo puede suceder con otras actividades, como largas caminatas rápidas (aunque sea para ir al trabajo) o recorrer muchos kilómetros en bicicleta.

En resumen, siempre que vayas a realizar una actividad que requiera un esfuerzo físico de tus músculos, no te olvides hacer un breve calentamiento antes.

Masajes

Para evitar los calambres, especialmente por la noche, una buena idea es realizar una sesión de masajes antes de irnos a la cama.

Después de un baño caliente, masajea tus piernas (o la parte del cuerpo que sea más propensa a tener calambres en tu caso) con aceite de eucalipto y romero.

Los masajes en sí ya relajan el músculo y ayudarán a que no se contraigan por la noche. Pero además, estos aceites naturales son ideales para favorecer la circulación, tonificar y aliviar el dolor de las piernas cansadas.

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Mantenerte bien hidratado

Tomar suficiente agua es clave para una vida sana, ya se sabe. Los calambres no son la excepción: la deshidratación puede provocarlos.

Pero también es importante una buena nutrición, para que los músculos reciban los nutrientes esenciales que necesita para un buen funcionamiento.

Especialmente, cuida recibir suficiente hierro para cuidarte de la anemia, y fibra que favorezca los músculos. También es importante mantener las dosis adecuadas de magnesio. Algunos alimentos que puedes probar son: dátiles, legumbres, espinaca, cereales con fibra, entre otros.

Cómo frenar un calambre el curso

Cuando el calambre ya está ocurriendo, nos encontramos ante una situación muy dolorosa que queremos solucionar lo más rápido posible y por eso a veces actuamos con desesperación. 

Ponernos nerviosos es lo peor que podemos hacer, porque contribuimos a que el músculo se tense aún más, en vez de relajarse. Primero respira profundo, y luego aplica presión de una de estas maneras para que de inmediato el dolor se detenga.

Aplicar un masaje en dirección contraria al curso del dolor lo cual estirará gradualmente el músculo hasta lograrrelajarlo.

Envolver el área que sufre del calambre con una venda elástica para reducir el dolor, sin apretar en demasía para no causar hinchazón. Es recomendable para calambres durante el ejercicio.

Apenas comience el calambre en la pierna; presiona el labio superior (sí, de la boca) con los dedos índice y pulgar durante unos treinta segundos. Las terminaciones nerviosas interconectadas harán maravillas.