La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y uno de los más importantes. En un adulto promedio, tiene una superficie aproximada de 2 metros cuadrados, ¡y pesa alrededor de 5 kilogramos!

Nuestra piel está permanentemente en relación con los otros órganos del cuerpo, y a través de ella nuestro cuerpo nos revela enfermedades, malestares, y también emociones: transpiramos cuando estamos nerviosos, nos ruborizamos si algo nos da vergüenza, y a veces tenemos "piel de gallina" cuando algo nos impresiona. Por eso es muy importante mantener la piel saludable y aprender a cuidarla. 

Existen muchos productos que prometen que al utilizarlos tendrás una piel más hermosa, pero la mayoría de los que se venden en el mercado tienen sustancias que no siempre son saludables.

Los maquillajes, por ejemplo, pueden tener sustancias como el cloruro de polivinilo, el lauril, el sulfato de sodio, triclosán y formaldehídos, que pueden causar desajustes hormonales, infertilidad, obesidad y hasta cáncer, según un estudio de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, en México. 

Por eso, es mejor optar por los tratamientos naturales, ya sea para quitar manchas, eliminar espinillas o simplemente para que la piel luzca rejuvenecida.

Otra alternativa es realizar frecuentemente este tratamiento de cepillado en seco, que no expone la piel a ningún producto, y del que puedes ver resultados en pocas semanas. Además es muy sencillo: solamente necesitas pasar diariamente un cepillo suave sobre la piel.

Beneficios del cepillado en seco

- Mejora la circulación

- Acelera la eliminación de toxinas

- Elimina células muertas

- Reduce la celulitis

- Ayuda a la regeneración celular

- Favorece el drenaje linfático

- Mejora la calidad de la piel

- Ayuda a regenerar la piel dañada por el sol (puedes ver también soluciones naturales para las quemaduras solares)

Procedimiento

1. Elige un cepillo adecuado: debe ser un cepillo redondeado y de cerdas muy suaves, que no raspen o irriten la piel, por ejemplo un cepillo para bebés, al menos al comienzo. Si utilizas otro, tiene que ser de cerdas naturales, o bien también puedes emplear una esponja vegetal.

2. Cepilla la piel seca suavemente y siempre desde las extremidades hacia el corazón. Es mejor que la piel esté limpia para no arrastrar impurezas a los poros, aunque también puedes querer volver a bañarte luego, para remover las células muertas que el cepillo te ayude a desprender.
  
3. Haz entre dos y cuatro pasadas, comenzando siempre por los pies, siguiendo por los brazos y terminando por el tronco.

4. Evita el cuello y la cara (para ellas puedes usar una crema exfoliante natural y un cepillo especial)

¡Repítelo durante dos semanas, una vez por día, y observa los resultados!