En la cultura japonesa, la estética es un aspecto en el que se invierte mucho tiempo y dinero, y el aspecto de la piel es algo de lo que los japoneses se han ocupado desde hace siglos.

Seguramente alguna vez has visto la imagen de alguna mujer de esta cultura con la cara pintada de blanco. Al contrario de lo que se cree habitualmente, la piel de los orientales no es naturalmente más clara, sino que contiene más melanina que la de los occidentales (lo cual le da la su tonalidad de piel característica), y por eso puede broncearse con más facilidad.

Tal vez por lo difícil que era para ellos lograrlo; conseguir una piel lo más blanca posible fue durante muchos años una obsesión de los japoneses. Además, como para las clases altas, que no tenían que trabajar, era más sencillo mantener la piel fuera del alcance del sol, la piel blanca era un símbolo de estatus.

Si bien los tiempos cambian y no todas las tradiciones se mantienen iguales, lo cierto es que, dado que los japoneses han invertido tanto tiempo en explorar las formas de cuidar la piel, hay mucho que podemos aprender de ellos. Aunque actualmente en ese país se gasta mucho en cosmética, también tienen sus secretos tradicionales para mejorar el aspecto de la piel que han utilizado para tener una piel bella durante siglos, con ingredientes tan simples como la miel, la leche o el arroz.

Aquí puedes encontrar uno de estos trucos:

Ingredientes

Preparación

1. Cocina el arroz por 2 minutos y luego cuélalo. Reserva el agua en una botella. La utilizarás después y además hay 9 usos del agua de arroz que tal vez no conocías.

2. Añade al arroz la cucharada de leche bien caliente y la cucharada de miel. Mezcla todo muy bien.

3. Aplica la máscara sobre la piel limpia y seca. Déjala en el rostro hasta que se endurezca y luego lava la cara con el agua de arroz que guardaste.

4. Repite una vez a la semana.