Una empresa logró convertir la orina en fertilizante: lo que durante años fue considerado un desecho, hoy empieza a verse como un recurso clave para la agricultura sostenible.
Investigadores en Suiza desarrollaron un sistema que permite transformar el orín humano en abono líquido, seguro para plantas y con un fuerte impacto positivo en el ambiente.
La iniciativa no solo propone una solución innovadora para el manejo de residuos, sino que también abre la puerta a un modelo más circular y eficiente en el uso de nutrientes.
Por qué la orina humana puede usarse como fertilizante
La orina contiene de forma natural nitrógeno, fósforo y potasio, los tres nutrientes esenciales que se utilizan en la mayoría de los fertilizantes industriales. Estos componentes son fundamentales para el crecimiento de las plantas y, hasta ahora, se obtenían mayormente a través de procesos industriales altamente contaminantes.
Aprovechar estos nutrientes presentes en un residuo cotidiano permite reducir el desperdicio y cerrar el ciclo de los recursos.
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Quiénes están detrás de este desarrollo científico
El avance fue impulsado por científicos del Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas (Eawag) junto con la empresa Vuna, una startup surgida del ámbito académico.
Ambas instituciones trabajan desde hace años en soluciones que combinan ciencia, saneamiento y sustentabilidad, con el objetivo de repensar el tratamiento de los residuos humanos.
Cómo funciona el proceso que elimina olores y riesgos
El sistema desarrollado recolecta la orina por separado y la somete a un proceso biológico y térmico que:
-
Elimina olores
- Estabiliza los compuestos
- Reduce riesgos sanitarios
El resultado es un fertilizante líquido seguro, comercializado bajo el nombre Aurin, que puede utilizarse en huertas urbanas, jardines y pequeños cultivos.
Un paso clave hacia la agricultura circular
Más allá de su efectividad, esta innovación destaca por su impacto ambiental positivo. Al reutilizar nutrientes que normalmente se pierden en el sistema de alcantarillado:
- Se reduce la dependencia de fertilizantes sintéticos
- Disminuye el consumo energético asociado a su producción
- Se limita la contaminación del agua
- Se promueve un modelo de economía circular
Así, un residuo humano se transforma en un recurso útil, acercando la agricultura a prácticas más sostenibles.