Nota por: Martina Álvarez

Vivimosen un mundo donde más del 70% es agua
, pero muchos desconocen lo queocurre bajo el mar. Desde la ciudad, nuestras casas o la oficina, los océanosparecen algo ajeno y alejado de todos. Sin embargo, nuestra supervivencia está directamente conectada con la de él.

Nos sumergimos en el mar y a pocos metros descubrimos jardinessubmarinos repletos de colores y vida. Esos ¨jardines¨ se llaman arrecifes y están formados por corales. Son ecosistemasgigantes y diversos en el que cada ser vivo tiene una función.

Elcoral es un animal,
aunque no tiene patas ni ojos. Producemás de la mitad del oxígeno del planeta. Para el ser humano, lasupervivencia del coral es tan importante como la de los bosques porque lo necesitamos para respirar.

Aunque es común pensar que la mayoría del oxígeno que respiramos proviene de los bosques; al menos el 70% es producido por plantas marinas como un subproducto de la fotosíntesis. 

Además, en los arrecifes viven el 25% de los animales del océano. Si los corales desaparecen, los peces también. Por otro lado, son demasiadas las comunidades costeras e industrias que viven y se alimentan de la pesca.

Hoy, los corales están desapareciendo por el cambio climático. La temperatura del agua subió y los arrecifes se están debilitando. Corremos el riesgo de perder este ecosistema gigantesco junto con la vida marina que vive de él. “Si no hay agua no hay vida, sin azul no hay verde,” afirma Sylvia Earle, oceanógrafa reconocida a nivel mundial.

En el documental "En busca del Coral", estrenado recientemente en Netflix e impulsado por National Geographic, un grupo de científicos y fotógrafos graban el proceso de blanqueamiento y muerte de los corales en los grandes arrecifes del mundo.

¡Una buena noticia!

Los arrecifes pueden recuperarse si elagua vuelve a enfriarse. Estamos atiempo de modificar esto, solo senecesita un cambio de mentalidad  para proteger el océano.

Podemos empezar con:


La pérdida sería más que una simple atracción para losturistas que bucean. Podemos sentirnos o no fascinados por lo que ocurre debajo del agua, pero ¿hasta qué puntopodemos ser ajenos sobre algo que genera el aire que respiramos? 

Nota por Martina Álvarez
Instagram: @martinaalvareez