Hallazgo cuántico: el presente podría cambiar el pasado según un nuevo experimento que vuelve a desafiar nuestra comprensión del tiempo.

Investigadores demostraron un fenómeno en el que una elección actual puede modificar lo que sucedió antes a nivel subatómico. Cómo funciona y qué implicaría para la física, la tecnología y nuestra percepción de la realidad.

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Un experimento que pone en jaque la idea de “causa y efecto”

Un equipo de físicos confirmó un efecto cuántico sorprendente: ciertas decisiones que se toman durante un experimento pueden alterar el comportamiento pasado de partículas elementales. Este fenómeno, conocido como quantum delayed-choice o “elección retardada”, vuelve a poner en duda la estructura lineal del tiempo tal como lo entendemos.

¿Qué es la elección retardada cuántica?

En mecánica cuántica, las partículas pueden comportarse como ondas o como corpúsculos. El efecto de elección retardada demuestra que ese comportamiento no queda definido en el momento del suceso, sino que depende de una medición posterior. En otras palabras: la partícula “decide” cómo actuó recién cuando el observador selecciona un tipo de medición.

¿Significa que el presente cambia el pasado?

No en un sentido clásico. Los físicos explican que no se trata de un viaje temporal, sino de una propiedad intrínseca de la realidad cuántica: los eventos no adquieren una forma definida hasta ser observados. Sin embargo, desde una perspectiva conceptual, el experimento sí sugiere que la información futura puede influir en estados previos.

Este hallazgo desafía la visión tradicional de la física, basada en que la causa precede al efecto. La mecánica cuántica, una vez más, demuestra que el tiempo puede comportarse de manera no lineal y que los sucesos pueden estar correlacionados de modos imposibles en nuestra vida cotidiana.

Aplicaciones en computación cuántica

El fenómeno podría tener consecuencias prácticas importantes. Comprender cómo la información viaja —o parece viajar— entre diferentes instantes temporales permitiría optimizar algoritmos cuánticos, mejorar la coherencia de los qubits y abrir caminos hacia un futuro “cerebro digital” con capacidades que hoy parecen ciencia ficción.

Los físicos sostienen que, si bien estos efectos no son perceptibles a escala humana, revelan que el universo funciona bajo reglas extrañas pero consistentes. La realidad, a nivel subatómico, parece construirse en tiempo real y no quedar “cerrada” hasta que se realiza una observación.