¿El smog enferma?: detectan que puede formar tumores cerebrales. Según un grupo de científicos, existe una relación directa entre la exposición prolongada a la contaminación urbana y el desarrollo de meningiomas, un tipo de tumor cerebral frecuente.
Partículas invisibles y un vínculo inesperado
Durante 21 años, un equipo de investigadores de Dinamarca analizó los efectos de las partículas ultrafinas generadas por el tránsito vehicular.
Descubrieron que estas microtoxinas, imperceptibles al ojo humano, pueden atravesar las defensas del organismo y llegar al cerebro, favoreciendo la aparición de meningiomas, un tipo de tumor en las meninges.
🧬 ¿Qué es un meningioma?
- Es el tumor cerebral más común en adultos.
- Suele crecer lentamente, y muchas veces no da síntomas durante años.
- Puede causar dolores de cabeza, problemas de visión, convulsiones, pérdida de memoria y alteraciones sensoriales.
Te puede interesar: Basura espacial de SpaceX cae en México y genera alarma
El aire urbano, bajo sospecha
- El estudio analizó a 3,9 millones de adultos daneses.
- Quienes vivían en zonas con altos niveles de partículas ultrafinas y dióxido de nitrógeno tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar este tipo de tumor.
- Se detectaron más de 4.600 casos de meningioma. Los científicos destacaron que el riesgo era más alto en zonas densamente contaminadas, incluso tras ajustar por edad, género y nivel educativo.
🛑 ¿Significa que el tránsito “causa” tumores?
No exactamente. El estudio no prueba causalidad directa, pero sí encuentra una asociación estadística clara entre contaminación del aire y aparición de meningiomas.
“El hallazgo es preocupante. Si limpiar el aire ayuda a prevenir tumores, podría tener un enorme impacto en salud pública”, aseguró la doctora Ulla Hvidtfeldt, autora principal del estudio publicado en Neurology.
¿Y qué pasa con otros tumores?
No se encontró vínculo entre contaminación y tumores más agresivos como los gliomas. Pero sí hay consenso en que se necesitan más investigaciones y mejor control de la calidad del aire.
El aire que respiramos podría estar afectando mucho más que los pulmones. Si se confirma esta relación, vivir en ciudades contaminadas podría ser un nuevo factor de riesgo cerebral.