Te has preguntado: ¿cuánto pesa el alma? En este post aclaramos de dónde viene la idea de que pesa 21 gramos. Incluso, se han filmes con esta idea. Es una creencia que tiene su origen en la actividad de un médico.

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El mito de que el alma tiene un peso específico

Muchos dudan que el alma realmente existe. Otros, en cambio, llegan a arengar sobre testimonios de su realidad. Uno de los argumentos es que tiene un peso de 21 gramos, es decir, una cualidad física y demostrable.

Incluso, el cineasta Alejandro González Iñárritu dirigió una película titulada 21 gramos. Protagonizada por Naomi Watts y Sean Penn, en los diálogos de este largometraje se especula sobre el peso del alma humana.

Esta creencia no es casual, no es un invento. Es obra de un médico, que estaba obsesionado con la idea de “algo inmaterial que da vida y que se esfuma al fallecer”. Sus investigaciones arrojaron resultados especulativos.

Póster película \"21 gramos\"

El médico se llamaba Duncan MacDougall

Durante el año 1907, este profesional de la salud hizo algunos experimentos. Empezó a estudiar pacientes con tuberculosis, todos en fase terminal. Los enfermos morían plácidamente, sobre su lecho final.

Entonces, Duncan MacDougall decidió crear una báscula grande. Los pacientes podían acostarse en la báscula. Él monitoreaba su peso, constatando la magnitud en kilos con gramos detallados, antes y luego de fenecer.

MacDougall notó que las personas “pesaban un poco menos” cuando fallecían. En promedio, los pacientes con tuberculosis perdían 21 gramos luego de su muerte. ¿A qué se debía esa pérdida de peso en el cuerpo?

El médico sugirió que era el alma que se separaba del cuerpo. Su hipótesis la publicó en la prensa. Sus textos se hicieron popular y otros médicos corroboraron el resultado: un humano pesa 21 gramos menos al morir.

Imagen del doctor Duncan MacDougall. Fuente: Muy Interesante

No es una medida exacta, es un promedio

Revisiones posteriores mostraron que en realidad es entre 17 y 25 gramos menos. No obstante, la idea de que se trataba del alma perduró. Curiosamente, fue el propio MacDougall quien trató de desmontar su propia hipótesis.

En trabajos posteriores, argumentó que el cuerpo humano pierde humedad y que un poco de aire se iba de los pulmones. Pero estas explicaciones no daban la suficiente cantidad de 21 gramos, por lo que el misterio seguía latente.

El tema se tornó más complejo cuando este trabajo se repitió con perros. Duncan MacDougall corroboró el peso de canes antes y luego de morir. ¡Sorpresa! Sucede que los perros no perdían nada de peso al fenecer.

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¿Cómo se explica esta diferencia entre perros y humanos? Pues, los más religiosos aducen que los canes no tienen alma, las personas sí. Lo cierto es que el asunto de los 21 gramos sigue siendo un interesante misterio.

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MUY INTERESANTE