En los hábitos cotidianos podemos visualizar con claridad las actitudes de cada eneatipo al momento de convivir. El eneagrama puede ayudarte a entender por qué nos vinculamos de cierto modo e incluso predecir la conducta de quienes viven contigo.

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La convivencia con cada eneatipo:

Si convives con un UNO seguramente cada cosa tiene un lugar, y si lo cambias, probablemente haya un problema. Esto no se debe a un capricho, sino que está vinculado a que el UNO es “el idealista” y su energía se canaliza en el esfuerzo por mejorar la realidad, tanto dentro como fuera de sí mismo, para así contribuir a crear un orden moral. Pero cuando el ideal y la realidad no condicen, se irrita casi automáticamente sin tiempo de controlar su malestar frente a la situación. Convivir con un UNO puede ser motivante, siempre y cuando evites contradecirlo.

¿Vives con un DOS? La forma más fácil de darte cuenta de ello es porque está pendiente de tus necesidades. No importa si estaba haciendo algo, si le pides ayuda deja todo para asistirte. Sin embargo, este dar tiene como contra cara buscar el agrado y el reconocimiento de los demás y su humor oscilará según lo que vea reflejado. Convivir con un DOS es agasajante siempre que le demos la validación que necesita.

Dieta ecológica familiar: cuidar a los que más querés.

¿Está todo el día ocupado? ¡TRES a la vista! En general es una persona optimista, eficiente, emprendedora, confiada, extrovertida y enérgica. Si lo definiera una frase sería ésta: “Produzco; soy eficaz. Si la gente tuviera mi misma motivación y capacidad de trabajo, habría menos problemas”. Sin embargo, se entiende mejor con su rol social que con su verdadero yo, al que apenas conoce y le cuesta hablar de sus sentimientos. Convivir con un TRES es energizante, siempre que no le demandemos interioridad.

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Si hay un CUATRO en la casa, no pasa inadvertido: ¡Dará a todo su toque personal! No sólo es el más creativo de los eneatipos, sino que tiene una natural capacidad intuitiva, que le permite captar lo que los demás piensan y sienten. Percibe la belleza en la naturaleza y en las personas y acciona para que todos puedan apreciarla. Su hiper sensibilidad también puede llevarlo al dramatismo. Convivir con un CUATRO es mágico, siempre que no caiga en melancolías.

¡Shhh, silencio! Hay un CINCO leyendo. Es uno de los eneatipos que pareciera que menos necesita del otro: su mundo interior es rico y siempre encuentra alguno tema para estudiar y profundizar. Tiene un sentido humorístico de la vida, percibe lo absurdo de las cosas y situaciones lo cual hace que, a veces, se interprete como falta de empatía. Convivir con un CINCO es fascinante, siempre que respetemos su espacio personal.

Si convives con un SEIS, seguramente no te falte alcohol en gel, barbijos, jabón líquido y los demás implementos de seguridad. Fuera de la pandemia, también se va a ocupar de que haya en el hogar todo lo que se necesitas puesto que el SEIS es responsable en el cumplimiento de los compromisos contraídos y fiel a las personas y al deber. Convivir con un SEIS es fácil, siempre que no le generemos inseguridades.

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¿Se olvida el barbijo cuando sale? Probablemente sea un SIETE. Siempre bien dispuesto, contagia su exuberancia, su vitalidad y su alegría donde quiera que se desenvuelve. Es el optimista, el niño, el que tiene una actitud positiva hacia la vida, pero, como contracara, le cuesta ponerse en contacto con el dolor y las dificultades. Convivir con un SIETE puede ser una fiesta siempre que no le exijas realismo.

Si estas con un OCHO posiblemente se enoje con facilidad. Odia que le coarten su libertad. Transmite intensidad, fuerza, decisión. Su pasión puede expresarse en forma agresiva o compasiva, generando miedo o confianza en quienes lo rodean. Tiene una gran necesidad de ser respetado en lo concerniente a sus ideas, decisiones y espacio personal. Convivir con un OCHO da mucha seguridad, siempre que no busquemos imponernos.

¿Anda negociando con todos para que en el hogar haya armonía? Es muy probable que sea un NUEVE. Tiene un carácter ecuánime y tranquilo, un modo calmo y natural de expresarse. Busca lugares en donde le refugiarse para que nadie lo moleste: un jardín, una biblioteca, una habitación. Convivir con un NUEVE es muy armónico, siempre que no lo sobredemandemos emocionalmente.

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