Vamos a comentar la experiencia de unas mujeres que cuidan una isla paradisíaca en aguas caribeñas. “Quiero borrar mi propia huella”, es una de las frases que ellas repiten para describir el estilo de vida que desean inculcar.

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En Antigua y Barbuda las mujeres se organizan

Esta pequeña isla era, hasta hace unos años, un territorio árido. Pero, sus habitantes se organizaron para recuperarla. Ahora. un grupo de mujeres toma la iniciativa de “adoptar playas” y mantenerlas en buen estado.

La isla aún tiene algunos estereotipos de género: trabajos que realizan hombres y trabajos que realizan las mujeres. La situación ha cambiado en los últimos años, permitiendo una mayor iniciativa femenina en diversas actividades.

Un buen ejemplo es el caso de Kaiesha Joseph, una joven de 24 años, quien lidera el proyecto “Adopt-a-Coastline”. Ella ha logrado bastante difusión, creando una ONG que ya ha recibido excelentes comentarios internacionales.

Kaiesha Joseph. Fuente: BBC

¿En qué consiste el proyecto “Adopt-a-Coastline”?

Se traduce como “adoptar una playa o una ribera”. La intención es organizar a las comunidades para que cuiden las playas, principal atractivo turístico de este territorio insular, que sin duda tiene el turismo una fuente de ingresos.

Para Kaiesha Joseph, los turistas son una paradoja. Son bienvenidos, ya que traen dinero a las islas. No obstante, su presencia en los litorales deja una marca de gran cantidad de desperdicios sobre la arena, lo cual se debe corregir.

Por este motivo, una de las frases más repetidas por los grupos ambientalistas en estas islas es: “¡Quiero borrar mi propia huella!”. No dejar huellas de desperdicio sobre la arena. Algo que deben aprender los lugareños en primer lugar… y enseñarlo a los visitantes.

En la actualidad, se ha tomado como punto de esta enseñanza una escuela de niñas, quienes se capacitan para hacer azafatas costeras. Estas pequeñas están aprendiendo cómo cuidar correctamente las playas de su isla.​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​

El programa ha recibido una importante subvención

Una cantidad de$100.000 (£80.000), de parte del Fondo para el Medio Ambiente Mundial de las Naciones Unidas. Esto demuestra que ha sido un plan exitoso, que cuenta con el aval de organizaciones internacionales.

A las niñas de esta escuela se les enseña cuáles son las especies en peligro de extinción. A su vez, deben enseñar a los turistas a no contaminar, sin necesidad de imponer reglas que resulten chocantes para los viajeros.

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¿Cuántas niñas son entrenadas de esta manera en Antigua y Barbuda? En la actualidad, son 60 chiquillas. Pero, cuando crezcan, ellas serán las líderes que impulsarán a sus comunidades por la defensa de su isla.

Fuente: BBC.