Revolución: el satélite que sigue a miles de animales inaugurado por una nueva misión de ICARUS promueve una era en la investigación de migraciones, epidemias y cambios ambientales gracias a tecnología espacial de precisión

El Proyecto ICARUS volvió al espacio con un satélite completamente renovado que permitirá seguir, en tiempo real, el movimiento y la salud de miles de animales en todo el mundo. Con el lanzamiento reciente de su nuevo dispositivo orbital, la ciencia se prepara para resolver algunos de los mayores enigmas sobre migración, biodiversidad, epidemias y fenómenos ambientales.

Un satélite más liviano, eficiente y preparado para una misión global

Tras una pausa de tres años, ICARUS relanzó su sistema con una versión más ligera y eficiente, diseñada para obtener datos exactos desde el espacio. Este satélite, financiado por instituciones internacionales como la Sociedad National Geographic, inaugura una etapa de pruebas que se ampliará con nuevas misiones hasta 2027. El objetivo: contar con al menos seis satélites para monitorear a decenas de miles de ejemplares en distintos continentes.

Sensores diminutos que revelan información inédita

El corazón del proyecto está en los sensores que llevan los animales. Con apenas 3 a 4 gramos, estos dispositivos solares registran ubicación, temperatura corporal, humedad, presión atmosférica y aceleración. También se trabaja en una versión ultraliviana de solo 1 gramo. Este tipo de tecnología permite estudiar cada ejemplar con una precisión nunca antes vista, sin alterar su comportamiento natural.

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Oleg Artemyev, trabaja en la instalación del experimento de rastreo de animales Ícaro en el módulo de servicio Zvezda. (NASA/Dominio Público)

Resolver misterios sobre migración y cambios climáticos

Para los científicos, ICARUS no se trata únicamente de seguir rutas migratorias. La ambición es mucho mayor: entender cómo el comportamiento animal se anticipa a eventos climáticos, brotes de enfermedades o desastres naturales. Entre las preguntas que buscan responder están la desaparición de aves cantoras en Norteamérica, la forma en que los animales detectan catástrofes antes que los humanos y nuevos patrones migratorios asociados al cambio climático.

Hallazgos que ya marcaron un antes y un después

En su etapa inicial, cuando la antena estaba instalada en la Estación Espacial Internacional, ICARUS permitió descubrir hechos sorprendentes:

Una tecnología segura para los animales

Tras más de una década de seguimiento, los investigadores comprobaron que las aves portadoras de los sensores no solo se comportan con normalidad, sino que incluso presentan tasas de supervivencia levemente superiores. Aunque las causas aún se estudian, esta evidencia refuerza la seguridad y confiabilidad del método.

Del espacio a la Tierra: cómo funciona el sistema

El satélite —un CubeSat del tamaño de un pequeño refrigerador— escanea el planeta de polo a polo en un solo día. Durante su órbita, se comunica con estaciones terrestres y transfiere todos los datos recogidos por los sensores. Se espera que entre cinco mil y diez mil animales estén equipados con esta tecnología en 2026, y que el número aumente a cien mil ejemplares en pocos años.