Hallan tras 13 años una de las flores más raras del mundo: un equipo científico logró documentar finalmente la floración de la Rafflesia hasseltii, una de las especies más extrañas y escasas del planeta.

Su tamaño gigante, su olor a carne podrida y su breve aparición —solo dura entre 3 y 5 días— convierten este hallazgo en un acontecimiento único para la botánica y la conservación.

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La historia parece salida de un documental: un grupo de investigadores esperó más de una década para presenciar el florecimiento de una de las plantas más enigmáticas del mundo. (Imagen: Pinterest)
La historia parece salida de un documental: un grupo de investigadores esperó más de una década para presenciar el florecimiento de una de las plantas más enigmáticas del mundo. (Imagen: Pinterest)

Una búsqueda científica de 13 años llega a su momento clave

La historia parece salida de un documental: un grupo de investigadores esperó más de una década para presenciar el florecimiento de una de las plantas más enigmáticas del mundo. En el corazón de la selva de Sumatra, atravesando zonas habitadas por tigres y rinocerontes, finalmente lograron ver abrirse una Rafflesia hasseltii, una especie tan rara que puede pasar años sin dejar rastro.

La flor gigante que huele a carne podrida

La protagonista es una flor descomunal, que puede superar el metro de diámetro y carece de tallo, hojas o raíces visibles. Vive como parásito de otra planta y solo emerge para emitir un fuerte olor a descomposición, una estrategia perfecta para atraer moscas que actúan como polinizadoras. Su aspecto y su biología la convierten en un verdadero misterio evolutivo.

Un hallazgo fugaz en plena selva tropical

El evento comenzó gracias a la foto borrosa que un guarda forestal envió a un conservacionista. Una expedición urgente cruzó ríos y montañas hasta llegar al lugar. La flor todavía no había abierto, pero el equipo decidió esperar. Horas más tarde, y bajo la luz de la luna, la Rafflesia desplegó lentamente sus pétalos rojos con motas blancas en un espectáculo tan silencioso como impactante.

El ciclo de vida de la Rafflesia es tan peculiar como impredecible: puede tardar nueve meses en desarrollarse, pero su floración dura apenas de tres a cinco días. Si no se llega a tiempo, hay que esperar años para un nuevo intento. Por eso, este registro es una victoria que muy pocos científicos logran en toda su carrera.

Un símbolo de biodiversidad en peligro

Este descubrimiento también refleja la fragilidad de los ecosistemas de Indonesia, donde la industria del aceite de palma ha destruido miles de hectáreas de selva. Documentar una flor tan única ayuda a visibilizar la urgencia de proteger estos espacios y de apostar por un ecoturismo responsable que genere ingresos sin arrasar el entorno.

La importancia del trabajo local en la conservación

Tras la viralización de la noticia, surgieron debates sobre la falta de reconocimiento al personal local que hizo posible el hallazgo. Guías, conservacionistas y comunidades indígenas fueron claves para ubicar el brote, acompañar la expedición y resguardar el entorno. Sin ellos, este momento histórico no habría ocurrido.

La belleza y rareza de la Rafflesia la convierten en un atractivo turístico, pero también en un blanco de amenazas. Por eso, varias comunidades de Sumatra han comenzado a organizar visitas guiadas reguladas que educan al público, protegen la planta y generan alternativas económicas sostenibles para la región.