La inmensidad del universo y las cuestiones que ocurren en él son fascinantes y entre estos fenómenos atmosféricos están las auroras boreales, algo que ha captado la atención de las personas desde hace muchísimos años.

Pese a que los primeros registros de estas luninosidades existen desde hace más de 30 mil años, a través de una pintura rupestre encontrada en Francia, lo cierto es que la mayoría de las personas no han tenido el lujo de observarlas a lo largo de la vida y de todos estos años.

Quienes han tenido la oportunidad de poder ver este fenómeno atmosférico, que son las auroras boreales, lo han descrito como una experiencia fascinante y hermosa; un ejemplo claro de la inmensidad del universo y la naturaleza.

Observar el firmamento es una de las actividades más elegidas por las personas para poder descansar, desconectar de sus problemas y comunicarse más con sus sentimientos y emociones. Y es que con tan sólo observar un poco la naturaleza se siente como si se recargara de energía el cuerpo.

Para conectar con las cosas simples de la vida y con la esencia de cada uno qué mejor que admirar la inmensidad del planeta donde vivimos y del universo, algo que es tan lejano y que despierta la curiosidad de muchos.

Y es que las personas somos seres curiosos, a los que les gusta aprender y saber de todo un poco. Quizás eso es lo que genera esa especie de fascinación por conocer y comprender las cuestiones que pasan en el espacio, que está al alcance de muy pocos.

Esto no sólo tiene que ver con descubrir cuántos planetas o galaxias existen; hay cuestiones que también son posibles observar desde el lugar que cada uno esté, como es el caso de las estrellas, pero también, de auroras boreales.

Estas son sin duda uno de los fenómenos más bellos y fascinantes con los que se pueden observar desde el planeta Tierra. Conocer qué son, la increíble historia de cómo se generan ha llamado la atención de las personas a lo largo de las décadas y las culturas.

Quizás esta sea la razón por la que muchos turistas de todas partes del mundo viajan atraídos por las auroras boreales, con el fin de observar y ser testigos de este espectáculo atmosférico.

Por eso, en esta oportunidad queremos contarte un poco más sobre ellas, qué son las auroras boreales, cómo se forman, qué es lo que se observa en la atmósfera, entre otras cuestiones.

Qué son las auroras boreales: historia

La inmensidad del universo ha captado la atención de las personas a lo largo de la historia de la humanidad. Esto quizás tenga que ver con lo inalcanzable que es para los sujetos y lo difícil que se hace su estudio y análisis.

En el caso de las auroras boreales se les ha dado diversos significados y han circulado distintas historias y mitos a su alrededor, dado que desde su primer registro se intentó explicar su existencia.

Tal como se mencionó anteriormente, su primer registro es a través de una pintura rupestre de más de 30 mil años de antigüedad encantada en Francia. Desde allí, se conoce que los antiguos griegos, por ejemplo, creían que las auroras boreales eran lanzas de fuego de los dioses.

Los nórdicos, por su parte, estaban convencidos que estas luces que se podían observar en el firmamento eran los espíritus de los muertos que regresaban a la Tierra, guerreros caídos en batalla que regresaban como auroras, así como lo hacían los escandinavos y los nativos americanos, que pensaban que eran las almas de los animales que regresaban a bendecir a su gente.

Por su parte, los chinos sostenían que observar estas cortinas de luz eran señales de buena suerte, que el emperador gobernaría por mucho tiempo y que la sociedad sería bendecida. Sin embargo su origen remonta, con el nacimiento.

Si se trata de responder qué son las auroras boreales es necesario decir que se trata de un fenómeno atmosférico que se manifiesta con luces naturales en el cielo. Uno de los mitos dice que son de color verde, mientras que en realidad pueden ser azules, rojas, amarillas y naranjas y son vistas en su mayoría en las regiones polares bajas.

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cosmos auroras boreales
Foto: Adobe Stock

Se pueden admirar durante las noches y dependiendo el Hemisferio donde se producen puede variar su nombre entre auroras boreales y australes, según ocurran en el norte o en el sur respectivamente.

Pese al primer registro, fueron bautizadas por Galileo Galilei en 1619 en honor a la diosa romana del amanecer, Aurora. La parte de boreal hace referencia a Bóreas, la deidad griega asociada con el viento del norte.

No obstante, fue recién en el siglo XX que se estableció una teoría sobre cómo se producen estas auroras boreales, determinada por el físico noruego Kristian Birkeland, teoría que fue aceptada muchos años después de su muerte.

Por qué se forman las auroras boreales y australes

Si de explicar cómo se producen las auroras boreales se trata, es necesario prestar atención al sol, que está conformado por partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, que fluyen desde la superficie de esta estrella que dan lugar al viento solar.

Este viento solar al llegar a la Tierra es bloqueado por su campo magnético, la magnetosfera. Sin embargo, algunos iones alcanzan a quedar atrapados en la ionosfera. Esta capa de la atmósfera terrestre se centra alrededor de los polos geomagnéticos, que marcan el eje inclinado del campo magnético de la Tierra.

Los iones que quedan allí chocan con partículas de oxígeno y nitrógeno de la atmósfera terrestre y liberan una energía que produce un halo brillante alrededor de los polos. Esto da nacimiento a las auroras boreales.

Como se explicó esto se produce en el campo magnético que es el más débil de las regiones polares, si la actividad solar es lo suficientemente intensa pueden llegar a verse en latitudes más bajas. Un ejemplo de esto es un conocido caso ocurrido en España, en enero de 1938, donde fue posible observar una aurora boreal aunque en dicho momento fue confundida con bombardeos durante la Guerra Civil.

Además, en 2012 investigadores finlandeses demostraron que este fenómeno produce un sonido similar al chasquido de la electricidad estática o al que se genera al caminar sobre las hojas secas en otoño. Sin embargo, estos sonidos no pueden ser escuchados por las personas ya que se producen lejos de la superficie terrestre, a unos 70 kilómetros de altura.

Dónde y cuándo observarlas

De acuerdo con el Observatorio Geofísico de Tromsø, Noruega, los mejores lugares para ver auroras boreales son aquellos ubicados en la zona auroral, que se encuentra comprendida en un radio de 2500 kilómetros en torno al polo norte aproximadamente. También, pueden ser observadas hacia el sur, pero dependerá de la fuerza de las tormentas solares.

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Foto: Adobe Stock

Entre los destinos más frecuentados para la visualización de auroras boreales se encuentran Alaska, Canadá, Noruega, Islandia, Suecia y Finlandia. 

Se sostiene que la mejor época del año para observarlas es entre septiembre y abril, período en el que el cielo se oscurece lo suficiente para permitir ver con mayor claridad el fenómeno atmosférico, según se detalla en el sitio Space.com. 

Sin embargo, la Tierra no es el único planeta donde ocurre este fenómeno y es una de las curiosidades. En Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno el viento solar interactúa con los campos magnéticos planetarios al igual que se explicó anteriormente, por lo que se general auroras boreales también y esto ha sido comprobado con el telescopio espacial Hubble.

Ahora ya conoces qué son las auroras boreales y australes, cómo se producen y en dónde encontrarlas. ¿Sabías de su existencia? ¿Has tenido la oportunidad de observarlas?

Fuente: Ecoosfera, Nat Geo.