"Abracadabra" es una palabra que, pronunciada en el momento adecuado, puede evocar una sensación de asombro y magia. Pero, ¿de dónde proviene esta enigmática expresión y cómo ha llegado a ser sinónimo de hechizos y trucos de magia?

La primera aparición documentada de "abracadabra" se remonta a los escritos de Quintus Serenus Sammonicus, hace más de 1800 años. Sammonicus, un sabio de la antigua Roma, recomendaba escribir la palabra en forma de triángulo invertido como remedio contra la fiebre y otros males. Se creía que, al disminuir gradualmente la palabra, la enfermedad también desaparecería.

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La etimología de "abracadabra" ha sido objeto de debate entre los eruditos. Algunos sugieren que proviene del hebreo "ebrah k'dabri," que significa "creo mientras hablo," mientras que otros la vinculan con la frase aramea "avra gavra," que se traduce como "crearé al hombre." También hay teorías que la relacionan con la frase hebrea "ha brachah dabarah," que significa "nombre del bendito."

A lo largo de los siglos, "abracadabra" ha mantenido su carácter místico, utilizándose en amuletos y conjuros para alejar los males. Sin embargo, con el advenimiento de la medicina moderna, su uso como remedio ha decaído, y la palabra ha encontrado un nuevo hogar en el ámbito del espectáculo y la ilusión.

En la actualidad, "abracadabra" es una palabra icónica en el mundo de la magia escénica, utilizada por magos para señalar el momento culminante de un truco. Su significado esquivo y misterioso añade un toque de encanto a la experiencia mágica, recordándonos el poder de las palabras para cautivar y asombrar.

Aunque la medicina y la ciencia han avanzado, "abracadabra" sigue siendo un recordatorio de la fascinación humana por lo desconocido y lo inexplicable. Es un eco de una época en la que la magia y la medicina estaban entrelazadas, y un símbolo de la eterna búsqueda de la humanidad por comprender y controlar el mundo que nos rodea.

Fuente: NatGeo.