Nuestro entendimiento del planeta siempre ha necesitado de la religión. Aunque gran parte del planeta hoy no practique ninguna religión, es imposible descartar la importancia de esta en asuntos mundiales, y así ha sido desde el inicio de la Historia.

En el sur de México y parte de Centroamérica tuvo lugar una de las civilizaciones más fascinantes, la cultura maya. Los mayas son conocidos por haber sido grandes matemáticos, ingenieros y constructores.

A diferencia de los mexicas y otras culturas que eran expansionistas y una de sus principales actividades era la guerra, los mayas tenían cosas más importantes por las que preocuparse, sin embargo, también tenían sus propia visión del universo, sus dioses y creencias particulares.

Como muchas civilizaciones, sus creencias no son tan distintas a las de otros pueblos con los que coexistieron, pero sin duda ellos crearon una visión que hoy parece una gran fantasía, sin embargo, al leer su texto de cabecera, el Popol Vuh podemos darnos cuenta que se trata de una visión con sentido adecuada a su contexto.

Hunab Ku

Es la deidad más importante del cementerio maya, la armonía del universo y el dios con el que la mayoría nos podemos identificar pues tiene bastantes similitudes con los dioses que las religiones monoteístas que hoy conocemos. Es lo último lo que mantiene a muchos expertos escépticos, pues creen que la importancia de Hunab Ku no era tan grande antes de la colonia y que los conquistadores incrementaron la importancia de este dios para equipararlo con el dios católico y así facilitar la conversión de los mayas al catolicismo.

Hun – Hunahpú

Es el dios de la fertilidad y del juego de pelota. Él es una de las figuras claves del Popol Vuh, pues debido a su decapitación, por los dioses de Xibalbá que estaban molestos por el ruido que hacía Hun-Hunahpú al jugar, sus dos hijos: Hunahpú e Ixbalanqué bajan al inframundo a vengarlo.

Ixquic

Cuando Hun-Hunahpú fue decapitado, se transformó en el Árbol de Jícara y al escuchar esto, Ixquic comenzó a visitar ese árbol. Fue hasta que Hun-Hunahpú escupió en la mano de Ixquic, que esta quedó embarazada de los hijos que fueron a vengar a su padre a Xibalba y dieron nacimiento a la cultura maya. Ixquic es considerada la diosa madre virgen, la que da inicio al ciclo de la cultura femenina y por la que el matriarcado es esencial, no sólo en su cultura, sino en todo el mundo.

Kukulcan

Si vas a Mérida o a Guatemala, al ver el sol notarás las nubes como si fueran humo cerca del sol, esto ayudó a generar una propia visión de la serpiente emplumada Kukulcan, dios creador de la civilización y del cielo que llegó desde el mar en el siglo XI. Se trata de una de las deidades más importantes, tanto así que Chichen Itza, uno de los complejos arqueológicos más importantes del mundo, fue erguido en su honor.

La mitología maya es fascinante y así como cualquier religión antigua y politeísta, es difícil entender toda la historia de una sentada. Necesitas años de estudios, pero al mismo tiempo las bases de tradiciones tan ricas no son difíciles de comprender y si deseas cambiar tu percepción del mundo y la realidad, bien puedes comenzar volteando la cabeza muchos años atrás.