La historia de las huelgas es parte esencial de la historia de los últimos siglos. Trabajadores exigiendo derechos que el patrón niega y pasa por alto. La búsqueda de salario mínimo, vida digna, derechos y más. Pero esta no es una más, sino una muy particular.

Hay huelgas de hombres que pidieron ser tratados como humanos, mujeres que demandaron libertad y voz y muchas más. Cada país y región ha creado huelgas por distintas cosas, pero tal vez ninguna ha sucedido por el motivo que aconteció en Bangladesh en 2013, un fantasma.

fantasma

Fue en la ciudad de Gazypur, donde una mujer entró al baño e inmediatamente se sintió enferma. Pero en lugar de adjudicarlo a una mala comida, a los nervios del trabajo o algo más, su reacción inmediata fue culpar a un espíritu maligno en el baño de mujeres

Poco a poco la palabra se corrió y pronto otras mujeres comenzaron a sentirse igual de enfermas, por lo que el pánico no se hizo esperar y antes de que las cosas pudieran calmarse, una huelga de más de tres mil empleados había comenzado. Los disturbios fueron bastante graves, los empleados estaban dañando la fábrica a tal grado, que la policía tuvo que intervenir.

Fantasma

La situación no es algo nuevo, países como Bangladesh o Camboya tienen una arraigada creencia a los espíritus sobrenaturales y lo que comenzó en el hogar se ha transferido a lo laboral.

Ya en 2011 en el lapso de tres meses más de mil trabajadores argumentaron enfermarse repentinamente en las fábricas y antes de pensar en los tóxicos que hay en la industria textil, buscaron una respuesta en lo sobrenatural

A pesar de que algunos estudios han demostrado que no hay fugas de gas o que los empleados no están respirando residuos tóxicos, la histeria masiva tiene distintas formas de presentarse y es bastante común en lugares donde la gente vive con estrés y miedo, así como en sitios donde no hay espacio personal, ni privacidad.

El verdadero fantasma

fábricas derrumbadas

La realidad parecen ser casos de histeria masiva, sobre todo porque poco antes de la huelga, el recuerdo del derrumbe de una fábrica en la zona de Savar, donde más de mil empleados murieron, permanecía en la mente de todos los trabajadores que tienen que trabajar en pésimas condiciones y por quienes se hace lo mínimo para hacerlos sentir seguros. 

La huelga terminó cuando un grupo de huelguistas entraron al edificio y realizaron un exorcismo al baño. La empresa les dio unos días para descansar y recuperarse del incidente y después regresaron a laborar en la fábrica libre de fantasmas, aunque tal vez no de peligros mortales que amenazan su vida.