La sabiduría ancestral tiene una riqueza incalculable, aunque muchas veces la sociedad moderna no le da el espacio que merece.
  
Por suerte, algunas enseñanzas trascienden el tiempo, gracias a la tradición oral, y llegan hasta nosotros para hacernos ver la vida con otros ojos.

La Parábola de los lobos, por ejemplo, contiene una lección que verdaderamente te hará emocionar.

Parabola de los lobos

Un viejo indio se encontraba una noche compartiendo con su nieto parte de su sabiduría. El niño lo escuchaba maravillado, cargado de orgullo y respeto por todo lo que su abuelo conocía.
Siempre pasaban tiempo juntos. Pero aquel sería un día importante para el pequeño, pues aprendería una lección que jamás olvidaría.

– Toda persona libra una lucha constante en su interior: una terrible pelea entre dos lobos – comenzó el viejo indio.
– ¿Dos lobos? – preguntó con curiosidad genuina el pequeño
– Dos. Uno es el mal. Es el miedo, la ira, la envidia, el resentimiento, el orgullo, la codicia, el ego, la mezquindad, la arrogancia, la autocompasión y la culpa. Pero el otro lobo es bueno. ¡Es alegría, paz, amor, esperanza, bondad, generosidad, verdad y fe! – le explicó el mayor.
– Y… ¿qué lobo gana, abuelo? – Le preguntó el muchacho, con los ojos llenos de emoción.
– Siempre ganará el lobo que tú decidas alimentar…

Parabola de los lobos 2

Este sencillo cuento nos recuerda que, tanto la bondad como la maldad, existen solamente en la medida en que le demos espacio.

Cuando nos dejamos llevar por el orgullo, el egoísmo o la ira, estamos dando de comer al lobo del mal.

En cambio, si sabemos perdonar, escuchar y amar, damos de comer al lobo del bien, y nuestra alma se expande, convirtiéndonos en mejores personas.
 
Si no sabes qué decisión tomar acerca de algo, piensa... ¿A qué lobo alimentarás?