Mucho se habla de la importancia de la familia en los primeros años de vida de una persona. Un niño o niña no solo tiene necesidades físicas al nacer; el afecto también es fundamental para su desarrollo. Por eso, cualquier falencia que surge durante estos años clave tiene repercusiones en el futuro de ese niño o niña. Muchos pasan por situaciones muy traumáticas que incluso
afectarían a cualquier adulto; solo que en este caso se dan en un momento donde la propia identidad está en construcción. 

Éste es el caso de Primrose, una niña oriental que desde que llegó al mundo fue diagnosticada con glaucoma congénito y discapacidad auditiva. Su madre decidió no quedarse con la niña y la dejó en un orfanato en China.  

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Al no haber recibido tratamiento adecuado, sus ojos tomaron un tono plateado y Primroseperdió la vista. Además, su problema auditivo empeoró. 

La enfermedad que tiene Primrose se produce porque la presión del líquido que se encuentra en el ojo daña al nervio óptico.   Algunos de los síntomas son: visión rojiza e intolerancia a la luz. Si no es tratado a tiempo puede generar ceguera, como en su caso. 

Debido a esta enfermedad, Primrose siguió sufriendo la exclusión, tanto de parte de otros niños como de parte de las familias adoptivas.

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Hasta que una joven pareja de Estados Unidos conoció su historia, a través de una foto en Facebook. Pero a diferencia de otros, para ellos sus ojos los invadieron de amor.

Casi como si fuera amor a primera vista, la pareja adoptó a la niña, dispuestos a sumarla a su familia (¡con otros dos hermanos!); y sobre todo, a ayudar, con amor y dedicación, a sanar su cuerpo y su corazón.