El término nativares aparece mucho cuando se indaga acerca de temas de botánica, pero la verdad muy pocos lo conocen. Es por esta razón que, mostraremos qué son y cómo cultivar estas plantas autóctonas en sus jardines. Además, conocerás cuáles son las ventajas y desventajas de cultivar plantas nativas.

Estas plantas tienen sus propias características, las cuales son bastante interesantes y vale la pena descubrir. Por lo general, las personas no suelen cultivarlas, puesto que consideran que no son muy “bonitas” para sus jardines. Sin embargo, las plantas nativas también tienen sus encantos, por lo que merecen una oportunidad.

¿Qué son los nativares?

Nativares

El término “nativar” proviene de un acrónimo formado por las palabras “nativo” y “cultivar”. En este sentido, las plantas que entran en esta clasificación son capaces de cruzarse, de manera intencional, con especies autóctonas y otras cultivadas. Formando así, lo que se conoce como plantas nativares, ejemplares que tienen la capacidad de tomar lo mejor de estas dos especies. Todo con la finalidad de crear plantas descendientes con atributos únicos e ideales.

De este modo, podrán tener genes, tanto de la planta madre, como padre. Por ejemplo, existe la posibilidad de que su parecido a la planta madre sea tan idéntico como si fuera una especie de clon. Aunque lo mismo podría pasar con la planta padre, no obstante, hay ocasiones en las que los genes de ambos están equilibrados.

Si esto llega a ocurrir, entonces los nativares podrían poseer características únicas y mejoras. Por un lado, su aroma sería más intenso, mientras que su desarrollo sería el más ideal. Sin olvidar que su inflorescencia brillaría mucho más que la planta madre y padre.

Ahora bien, en un hábitat natural, estas especies tienen la capacidad de evolucionar. Cambiando y cruzándose con otros ejemplares de plantas con las que tengan un vínculo muy estrecho. Pero cuando esto ocurre, ya no se pueden denominarse plantas “nativas”, ahora son variantes naturales de otras especies más erguidas.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cultivar plantas nativas?

Nativares

El cultivo de plantas nativas tiene tanto ventajas, como desventajas, por lo que hay que tomar en cuenta ambas antes de plantarlas en el jardín. A continuación te mostramos algunos de los pros y contras de las especies nativares:

Ventajas del cultivo de nativares

Una de las principales ventajas del cultivo de especies nativas, es que se crían de manera selectiva. Es decir, las personas las plantan para sacar provecho de sus mejores atributos, mismos que se obtiene por medio del cruce con otras especies.

Asimismo, son muy resistentes a plagas como el oídio, altamente perjudiciales para la salud de las plantas. Además, estos cultivos son ideales para que especies polinizadoras locales, como las abejas, puedan alimentarse.

Los nativares obtenidos a través del cruce con otras plantas, suelen tener fragancias y colores más intensos que las originales. Lo que las convierte en las plantas perfectas para cultivar en cualquier jardín. Del mismo modo, las plantas autóctonas no necesitan de cuidados excesivos, todo lo contrario, son muy fáciles de cuidar y no tienes que aplicarle productos especiales. Sin olvidar que los nativares atraen otras especies animales, como es el caso de los colibríes, escarabajos, mariposas, entre otras.

Por último, toleran muy bien cualquier tipo de entorno y clima, sin importar su intensidad. Así es, soportan bastante bien las temporadas de verano, no tienen problemas con los fuertes vientos y toleran las heladas de invierno. Por lo que puedes notar que los nativares cuentan con muchas ventajas a su favor a la hora de escoger plantas para cultivar en el jardín.

Desventajas del cultivo de nativares

Como todas las cosas, además de las ventajas, siempre existe una gran probabilidad de tropezar con una que otra desventaja. En el caso de los nativares, existen algunas contras que pueden hacerte reflexionar acerca de si debes o no cultivar este tipo de plantas.

Una de las más importantes es atraer ciertos insectos polinizadores. Muchos de estos, pueden ser perjudiciales para la salud, llegando a provocar efectos bastante negativos. Sobre todo, si alguna de las personas de la casa es alérgica al polen de las flores o partículas de polvo que están plantas pueden desprender.

Otro de los aspectos negativos a tener en cuenta es que, los nativares, aunque no suene ocupar demasiado espacio, deben plantarse lejos de cualquier estructura. Es decir, no se recomienda cultivarla demasiado cerca de la casa, ya que, dependiendo de la planta, sus raíces y ramas pueden llegar a ser muy robustas.

Por otra parte, existe la posibilidad de que las plantas del jardín no reaccionen como se espera con las especies nativares. En otras palabras, las primeras pueden rechazar a las últimas e impedir que puedan seguir cruzándose o lo que es peor, pueden impedir que se desarrollen correctamente.

¿Cómo cultivar plantas nativares en el jardín?

Nativares

Casi todas las especies de nativares, pueden vivir sin problemas en cualquier jardín o parque, ya que estas plantas se adaptan fácilmente a todo tipo de climas. De hecho, son capaces de soportar, desde los climas más fríos, hasta las lluvias y vientos más intensos. Este es uno de los motivos por los que estas especies requieren muy pocos cuidados, casi todo se centra en el riego.

Asimismo, no requieren de grandes podas ni el uso de sustratos o fertilizantes especiales. Esto se debe a que, el ciclo de floración puede evolucionar según la localidad y suelo que se use para su cultivo.

Ahora bien, las plantas nativares pueden cultivarse a través de semillas o por esquejes, este último es el método más utilizado. En caso de que no tengas una planta madre de al que puedas sustraer los esquejes, entonces lo mejor es optar por la compra de semillas en alguna tienda especializada.

Por lo general, esta especie, también conocidas como plantas autóctonas, pueden llegar a crecer de mucho. Es por esta razón que, se recomienda plantarlas en una zona del jardín que esté relativamente alejado de la vivienda o estructuras. Sin embargo, al realizar su poda de forma adecuada, podrás controlar el tamaño de las plantas sin ningún problema.

Esquejes

Una vez localices los esquejes, asegúrate de cortarlos entre 7 a 20 centímetros y colócalos inmediatamente en agua. Puede ser en un vaso o recipiente que permita mantener los esquejes hidratados, también puedes usar papel y humedecerlo un poco. Ten en cuenta que no se recomienda dejar los esquejes en agua durante mucho tiempo, lo ideal es que sea entre 12 a 24 horas.

Seguidamente, retira las hojas de la parte que quedará enterrada. Lo aconsejable es dejar, solamente, unas pocas hojas de la parte superior del esqueje. De este modo, permitirá que las hojas de arriba puedan continuar con el proceso de fotosintetización. Esto se debe a que las plantas suelen perder mucha agua a través de sus hojas. Cuando no tienen raíces, el tallo podría deshidratarse muy rápido si se mantienen todas las hojas.

Plantación

Es importante recordar que, los nativares, son especies que pueden adaptarse a cualquier tipo de suelo. Esto significa que, no necesitan de un sustrato específico ni enriquecido, así que puedes plantar los esquejes en cualquier área del jardín.

Solo tienes que asegurarte que de que tierra no sea demasiado dura, esto permitirá que las plantas se desarrollen más rápido. Una vez termines con la plantación de esquejes, riega con suficiente agua, evitando inundarlas y espera algunas semanas.

Cuidados

Una de las grandes ventajas de los nativares, es que no requieren de muchos cuidados, solamente hay que tener presente algunas cosas. La más importante es el riego, ya que debe hacerse de forma regular, sobre todo, durante el verano, que es cuando el calor es más intenso. Por otro lado, en invierno o primavera, el riego no debe ser muy abundante, de hecho, se recomienda que solo sea lo suficiente para no perjudicar el desarrollo de las plantas.

Además, las especies nativas no necesitan fertilizantes ni productos especiales para mantener a las plagas alejadas. Hay que recordar que este tipo de plantas toma los mejores atributos de otras especies, lo que la hace resistentes a plagas y climas difíciles.

Por último, a medida que la planta crece, lo recomendable es podarla para mantener el control del crecimiento. Especialmente, en las ramas más largas y también, para evitar que las hojas secas se apoderen del suelo del jardín. De resto, solo queda esperar su periodo de floración y así, disfrutar del llamativo color de sus flores y su intenso aroma.

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Fuentes: Guía de jardinería, Mi diario de campo, La Nación.