Todo surgió cuando a Abdon Estefan se le ocurrió una idea: ¿Qué pasaría si equiparan con ‘alas’ a otros vehículos terrestres o marítimos?

En ese instante llamó a su amigo, Mauricio Vargas, y se pusieron manos a la obra. Esa fue la semilla de un proyecto que, cinco años más tarde, está a punto de salir al mercado y pretende hacer ‘volar’ a los camiones. Eso sí, sin despegarse del suelo.

“La idea es reducir hasta un 25% el gasto en combustible”

Esta es la principal promesa de la tecnología creada por los ingenieros Estefan y Vargas, fundadores de Eco Eolic Top System. Se trata de la empresa española con sede en Madrid responsable del revolucionario sistema que han bautizado como “Run&Save”.

Camiones voladores: efectos positivos

“Cuando éramos pequeños, sacábamos la mano por la ventana del coche y el viento nos la levantaba”, explica Estefan a La Vanguardia, un empresario con multitud de inquietudes. Una explicación simple e infantil, pero que sirve para entender rápidamente el concepto de sustentación, el mismo que permite volar a los aviones.

“A medida que un avión gana velocidad, comienza a generar, gracias a sus alas, el efecto de sustentación (lift en inglés). La nave va perdiendo peso hasta que se aleja del suelo”, ejemplifica Vargas.

Sin embargo, el mecanismo es mucho más complejo y “requiere conocimientos específicos en muchas áreas de conocimiento, como la aerodinámica, el transporte de cargas y la logística”, aclara Vargas, que fue responsable en una empresa de transporte durante más de una década.

Aseguran que el mismo concepto se puede aplicar en trenes, autobuses, coches e incluso vehículos marítimos.

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Sacar el brazo por la ventana del coche, un ejemplo para entender este sistema

Aliviar el peso en marcha del camión se traduce en un buen puñado de efectos positivos.

Además de aminorar el consumo de combustible y las emisiones de dióxido de carbono, se disminuye significativamente el desgaste de los frenos, los neumáticos y otros elementos del vehículo.

Algo muy interesante, especialmente en el contexto actual, con una inflación disparada y una crisis medioambiental que se encamina a lo irreversible.

También es favorable para el asfalto de las carreteras, que debe soportar menos peso y, por lo tanto, tiene un menor deterioro. De hecho, además de su beneficio ecológico y económico, mejora la seguridad del vehículo.

¿En qué consiste el innovador invento?

La solución se conforma de dos componentes principales.

Por un lado, el dispositivo físico (hardware), que va instalado en la parte superior de los vehículos y que se adapta para cumplir con el gálibo. Y, por otro lado, el software, que analiza el flujo aerodinámico mediante inteligencia artificial.

Así, la reducción del 25% de combustible se puede obtener en condiciones óptimas, con el camión circulando entre 80 y 100 km/h, aunque a partir de los 30 km/h el sistema comienza a dar beneficios.

Lógicamente, cuanto mayor es la velocidad, mayor es la energía cinética producida.

El objetivo está claro: aligerar el vehículo lo suficiente para que haya un impacto económico y ecológico, pero no tanto como para que pierda estabilidad.

De hecho, en contra de las dudas que puede causar una primera impresión, su sistema no tiene -a priori- consecuencias negativas en la manejabilidad de los camiones. Más bien el contrario.

El ‘ala’ incorporada al vehículo puede adaptarse a cada situación, “aportando más estabilidad y seguridad en curvas o en frenadas”, señala Estefan.

Una de las claves del invento de estos ingenieros es que la energía que utiliza no tiene ningún coste adicional.

“Toda la energía que se produce cuando usamos un vehículo se está desperdiciando. No hay ninguna otra empresa trabajando activamente en aprovechar la aerodinámica del vehículo para generar lift y aligerar su masa”, expresa Vargas.

Hacer volar camiones en 2023

El precio del sistema, cuya instalación se puede realizar en un día o menos, oscila entre los 12.000 y los 15.000 euros. Según sus cálculos, la inversión se recupera en cuestión de un año o año y medio.

No obstante, su objetivo a medio plazo, que dependerá de conversaciones en los próximos meses, es lograr acuerdos para que los camiones equipen su dispositivo de serie, con lo que “se lograrían eficiencias mucho mayores”, reconoce Vargas.

Hace unos años, tras realizar con éxito los primeros ensayos en un túnel de viento, comenzaron a llevar a cabo pruebas de campo. En una de ellas, Estefan recuerda que incluso se llegó a desprender el techo de un camión.

Nada que no se arreglase con más horas de trabajo y dedicación.

Ahora reviven esa anécdota con humor, y es que a día de hoy se encuentran en plena fase de homologación en Barcelona, uno de los últimos trámites antes de poder comercializar su Run&Save en el primer semestre de 2023.

Fuente: La Cara Buena del Mundo