Parejas “cuffing”: el fenómeno que aparece cuando refesca es tendencia. Con la llegada del frío, muchas personas sienten el deseo de tener pareja para pasar el invierno acompañadas. A este fenómeno se lo conoce como “cuffing season”, una tendencia emocional que crece en redes y que revela cómo el clima puede influir en nuestros vínculos afectivos.
Podríamos hacer una lista interminable con los tipos de pareja que existen hoy. Desde las relaciones abiertas hasta las situaciones “sin etiquetas”, las formas de vincularnos cambian constantemente. Sin embargo, hay un tipo de relación que parece florecer (o más bien abrigarse) con la llegada del frío: las parejas cuffing.
Origen del concepto
El término “cuffing” proviene del inglés “cuff”, que significa “esposar” o “atar”, y se usa para describir esas relaciones que se forman durante los meses más fríos del año. En Estados Unidos, incluso existe una “cuffing season” o “temporada de esposas”, que suele ir de octubre a marzo. Es ese momento en que muchas personas buscan pareja temporal para compartir películas, comidas caseras y tardes bajo el acolchado.
Pero ¿por qué sucede esto? Según psicólogos y sociólogos, el cuffing tiene una raíz emocional y biológica: durante el otoño e invierno, los días se acortan, baja la exposición al sol y disminina la serotonina, la hormona de la felicidad. Esto puede generar más necesidad de contención y contacto físico, haciendo que busquemos cercanía afectiva, aunque sea pasajera.
Día de la Salud Mental: cuidar la mente es un acto de resistencia

social media
En redes sociales, el tema se volvió viral. TikTok y X (Twitter) se llenan de memes sobre “buscar pareja para pasar el invierno” o “cuffing applications” (solicitudes para ser pareja de temporada). Lo que empezó como un chiste, se convirtió en una tendencia cultural que refleja un fenómeno real: el deseo de compañía en los meses de frío.
Sin embargo, no todo es tan superficial como parece. En algunos casos, las parejas cuffing funcionan bien porque ambas partes entienden el acuerdo y viven esa experiencia con responsabilidad afectiva. No hay promesas de amor eterno, sino una conexión temporal basada en la mutua necesidad de acompañarse.
El problema aparece cuando una de las dos personas se involucra emocionalmente más de lo previsto. Lo que empezó como una relación estacional puede volverse fuente de frustración o tristeza si no se comunica con claridad lo que cada uno busca. Por eso, la honestidad y los límites son claves para no salir lastimados.
el miedo a la soledad
También es interesante pensar en el cuffing como un espejo emocional: muchas veces, detrás del deseo de “no pasar el invierno solo” hay un miedo más profundo a la soledad. Aprender a disfrutar del propio tiempo y a nutrir el amor propio puede ser la mejor manera de evitar vínculos que solo buscan tapar vacíos momentáneos.
Así que si este otoño sentís la tentación de buscar una pareja para el frío, hacelo con conciencia. Las cuffing relationships pueden ser divertidas y reconfortantes, siempre que haya sinceridad y cuidado mutuo. Y si no, recordá: no hay mejor abrigo que el de sentirte bien con vos mismo.
Global
