En los añosnoventa, distintos estudios demostraron que las emociones están intensamenteligadas con nuestro sistema nervioso. Eso no es nada nuevo, pero los estudiosrevelaron que esconder sentimientos puede afectar nuestro ritmo cardíaco,presión sanguínea, digestión respiración y más; incluso afirmaron que losefectos a la salud y la longevidad son reales.  

Es normal quemuchas veces escondamos nuestros sentimientos, sentimos que mostrar una caravulnerable es demostrar debilidad, pero vivir de esa forma es como vivir con unsecreto que te carcome lenta y dolorosamente. Las afecciones a la salud sonconsecuencia de vivir de esa forma a largo plazo y nunca deberías llegar a esa situación.Estas son algunas de las cosas que inmediatamente pasan, quieras o no y a vecessin que lo planees o te des cuenta, pero todo está ligado a no expresar tusverdaderos sentimientos.     

Te aíslas

soledad

Tus seres queridos siempre están para ti, pero en cuanto algo malo sucede y decides ocultarlo, las primeras personas en verse afectadas son ellos. Puede que no lo hagas intencionalmente, pero poco a poco buscas menos interacción para evitar confrontarte, y el resultado es una pérdida en esas relaciones afectivas que además tanto necesitas ahora.

Te mantienes ocupado

ejercicio

Muchas veces, por ejemplo cuando terminas una relación, o te pasó algo que te preocupa, las personas cercanas a ti te dicen que dejes salir todo por unos días y después te mantengas ocupado. Eso parece un buen consejo, pero no hay una receta mágica para superar un problema al mantenerte ocupado. Darle un límite de tiempo a llorar a alguien y después enterrar el dolor con otras actividades puede hacerte más productivo, pero en verdad sólo sirve para evitar confrontar la situación.  

Dejas de pensar en ti

slacker

Tal vez pasas tanto tiempo pensando en ese problema que dejas que el mundo siga sin ti. No te bañas todos los días, ya no te importa qué ropa usas, comes lo primero que tengas a la mano (y muchas veces eso significa comida chatarra) y sigues una senda autodestructiva que a veces es tan sutil que nadie se da cuenta.  

Ansiedad

ansiedad

Una de las cosas que más perturba tu aparente felicidad es la ansiedad. No tienes que desarrollar ataques que paralizan tu cuerpo y tu vida, se trata más bien de esa pequeña semilla de inseguridad y duda que te ataca constantemente. Dejas de sentirte cómodo en ciertas situaciones, una paranoia que parece sustentada en hechos se agudiza y comienzas a analizar todo buscando una conexión que tal vez no existe.   

Todo está bien

Con el uso de redes sociales decir que “estamos bien” se agudizó. Ahora es fácil decirlo incluso cuando sabemos que nuestra vida se está derrumbando. Ocultar los sentimientos nos hace entrar en un modo piloto en el que siempre que se nos pregunta cómo nos sentimos, la respuesta, mientras más optimista, mejor.  

Hasta nos convencemos de que en realidad las cosas no son tan malas; comparamos nuestra vida con personas que seguramente pasan por peores momentos y minimizamos la gravedad de lo que pasa en nuestra cabeza.  

Aceptar que necesitamos ayuda, que algo no va bien o que no somos felices no es una debilidad, es una virtud. Nuestra salud física depende de ello, pero también la mental y hasta la social. No se puede ocultar el sol con un dedo y no podemos fingir estabilidad por demasiado tiempo.