Seguramente alguna vez hayas visto una película donde uno de los actores principales era Morgan Freeman. Es que el actor y director estadounidense de 80 años ha sabido cómo abrirse paso en la industria del cine gracias a su talento y carisma. 

Pero no todo es lo que parece, ¿sabes? Detrás de los personajes que ves en la pantalla grande hay personas reales, que sufren, que tienen problemas como cualquier otra.  

Morgan Freeman tuvo un accidente en 2008 donde se fracturó un hombro y un codo. Sufrió una parálisis en su brazo izquierdo,y a partir de ahí se ha tenido que enfrentar con la fibromialgia. Esta enfermedad que no tiene cura, se manifiesta con dolor y sensibilidad muscular general, fatiga y fragilidad en las articulaciones.

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Pero Freeman mantiene una perspectiva positiva ante la vida. Se mantiene ocupado, cuida su alimentación, toma vitaminas y bebidas antioxidantes. 

"Este tipo de cambios tienen un sentido. Debo seguir adelante con otras cosas, con otras concepciones de mí mismo. Juego golf, aún trabajo y me puedo sentir muy feliz simplemente con caminar sobre la tierra", dice.

Para él, la vida sigue, con o sin fibromialgia. Y ésa es una convicción que lo lleva a involucrarse en campañas para ayudar a otras personas con la misma enfermedad. Nunca se da por vencido. 

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" – ¿Qué hace usted aquí?– Pues no sé, luchar por mi vida, ¿y usted?"

Ésta era una línea del guión de The Bucket List, y hoy es la razón que lo lleva a mantenerse siempre centrado en que, al fin de cuentas, la clave es poder sentirse plenamente feliz a cada instante.