Paso a paso: ¿cómo preparar el aceite de margarita casero?: es uno de los secretos naturales más antiguos para relajar el cuerpo, suavizar la piel y aliviar tensiones musculares. Su fragancia delicada y sus propiedades calmantes lo convierten en un aliado ideal para masajes, rituales de autocuidado y aromaterapia. En esta nota te contamos cómo prepararlo en casa con ingredientes simples y 100 % naturales.

Propiedades del aceite de margarita

Las flores de margarita contienen compuestos con efecto antiinflamatorio, regenerador y calmante, ideales para pieles sensibles o irritadas. Además:

  • Favorece la circulación y relaja los músculos.
  • Suaviza la piel, dejándola luminosa y nutrida.
  • Tiene un aroma natural que reduce el estrés y mejora el ánimo.

Por eso, muchas personas lo utilizan para masajes relajantes, tratamientos faciales o corporales, o incluso como aceite base para combinar con aceites esenciales.

Ingredientes naturales que vas a necesitar

  • 1 taza de flores frescas o secas de margarita (preferentemente orgánicas).

  • 1 taza de aceite base: puede ser de almendras, coco, oliva o jojoba.
  • 1 frasco de vidrio con tapa hermética (esterilizado).
  • Un colador fino o gasa.

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Imagen: Pinterest
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🌞 Paso a paso: cómo preparar el aceite de margarita casero

  1. Limpia las flores: asegúrate de que no tengan insectos ni humedad.
  2. Colócalas en el frasco y cúbrelas completamente con el aceite base.
  3. Cierra el frasco y déjalo reposar en un lugar cálido y con luz solar indirecta durante unos 10 a 15 días.

Agita suavemente el frasco cada dos días para favorecer la infusión.

Cuela el aceite usando una gasa o colador fino, y guarda el líquido resultante en un envase oscuro para protegerlo de la luz.

💡 Tip: si querés acelerar el proceso, podés calentar el frasco a baño maría a fuego muy bajo durante 1 hora.

💆‍♀️ Cómo usar el aceite de margarita en masajes

  1. Aplicá una pequeña cantidad sobre la piel limpia y seca.
  2. Realizá movimientos circulares suaves para activar la circulación.
  3. Combiná con unas gotas de aceite esencial de lavanda o romero para potenciar el efecto relajante o revitalizante.

También podés usarlo después del baño, como aceite corporal nutritivo, o añadir unas gotas al agua tibia de la bañera.