Kéfir: el secreto ancestral que volvió a ponerse de moda en los últimos años, paso de ser un secreto de las abuelas del Cáucaso a una de las bebidas más populares del mundo del bienestar.
Desde supermercados hasta redes sociales, cada vez más personas lo incorporan en su dieta por sus efectos sobre la digestión, la inmunidad y hasta el estado de ánimo. Pero ¿qué tiene de especial esta bebida fermentada y por qué se volvió tendencia?
¿Qué es el kéfir y por qué se hizo tan popular?
El kéfir es una bebida fermentada con una historia milenaria. Nació en las montañas del Cáucaso, donde los pastores lo elaboraban con leche fresca y unos pequeños gránulos ricos en bacterias y levaduras beneficiosas. Estos microorganismos convierten la lactosa o el azúcar en ácido láctico y gas, dando lugar a una bebida ligeramente efervescente, con un sabor ácido y una gran cantidad de probióticos naturales.
Hoy su fama se debe al auge de los alimentos funcionales: productos que no solo nutren, sino que también aportan beneficios adicionales al organismo. Según Frontiers in Microbiology, el kéfir contiene más de 30 tipos de bacterias y levaduras vivas, superando incluso al yogur en diversidad microbiana.
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Beneficios del kéfir para la salud
El kéfir no solo es refrescante y fácil de digerir, sino que también puede tener efectos positivos sobre la salud general. Entre sus principales beneficios se destacan:
- Mejora la digestión y equilibra la flora intestinal.
- Refuerza el sistema inmunitario gracias a sus probióticos.
- Contribuye a reducir el colesterol y el azúcar en sangre.
- Mejora el estado de ánimo y la salud mental al cuidar la microbiota intestinal.
La Escuela de Salud Pública de Harvard señala que los alimentos fermentados, como el kéfir, pueden influir directamente en la conexión intestino-cerebro, ayudando a regular emociones y reducir el estrés.
Tipos de kéfir: leche o agua
Una de las preguntas más comunes es cuál tipo de kéfir elegir. Ambos tienen beneficios, pero se adaptan a diferentes necesidades:
- Kéfir de leche:
Ideal para quienes toleran los lácteos. Aporta proteínas, calcio, vitamina B12 y probióticos. Su fermentación natural reduce el contenido de lactosa, por lo que es más digestivo que la leche común.
- Kéfir de agua:
Perfecto para veganos o personas con intolerancia a la lactosa. Se prepara con agua, azúcar y frutas deshidratadas, resultando una bebida más liviana y ligeramente burbujeante.
Según la Clínica Cleveland, ambos tipos son excelentes fuentes de antioxidantes y microorganismos beneficiosos.
Cómo potenciar tu kéfir con ingredientes naturales
El kéfir es versátil y se puede combinar con muchos ingredientes para mejorar su sabor y propiedades. Desde la Universidad de California recomiendan enriquecerlo con frutas frescas y especias para multiplicar sus antioxidantes. Algunas combinaciones deliciosas son:
- Frutas como fresa, mango, kiwi o arándanos.
- Especias saludables como cúrcuma, canela o jengibre.
- Semillas de chía, lino o sésamo para añadir fibra.
- Menta o limón para un toque más digestivo y refrescante.
Además de ser saludable, el kéfir puede transformarse en smoothies, postres o desayunos energéticos.
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