Al momento de tomar decisiones, no todos actuamos de la misma manera: hay quienes son más impulsivos y optan rápidamente casi sin pensar; y otros que pueden tardar mucho tiempo pensando analíticamente cuál sería la mejor opción. En el medio, claro, existen muchos grises.

A menudo, no se trata solo de decidir "qué" hacer, sino también "cuándo". "¿Es el momento oportuno?". "¿Debo mejor esperar un poco más a estar seguro/a?".

[También te puede interesar:Cómo darte cuenta de que es tiempo de resetear tu vida]

[También te puede interesar: Consejos para dejar de complicarnos la vida si no hay algo que realmente lo amerite]

De acuerdo a un estudio, cerca del 10% de la gente que vive en zonas del norte, como América del Norte, padecen un trastorno afectivo que consiste en episodios depresivos durante los meses de invierno. Otra investigación suiza que estudió a personas por más de 20 años señaló que el 7,5% de la población lo experimenta.

Si estamos en este estado, tomar decisiones claramente no es sencillo. De acuerdo a algunos científicos, esto puede deberse a que se reduce la capacidad de experimentar placer.

Otros estudios también señalan que esto puede generar una actitud más conservadora ante la posibilidad de tomar ciertos riesgos. Se suelen escoger opciones seguras con pocas opciones de recompensa en vez de estrategias más arriesgadas con beneficios mayores. Aún así, esto muchas veces esto hace que se tomen decisiones más realistas y menos idealistas, algo que sucede, por el contrario, con las personas demasiado optimistas o soñadoras.

Conclusión

Tomar una decisión no es simple. Pero tu estado de ánimo claramente puede marcar la diferencia al mostrarte más o menos predispuesto a asumir los riesgos.

Por eso, presta atención a la época:

  • Si estás considerando tomar una decisión importante que requiere ser más precavido y realista, tómala en invierno.
  • Si en la decisión puedes aceptar cierto grado de incertidumbre, aprovecha tu estado de humor más alegre del verano.

Fuentes:

www.bbc.com