Que ames a tu pareja y quieras compartir con ella los momentos buenos, y sentirte acompañada en los malos, es algo muy positivo. Pero que quieras controlarla, no moverte de su lado y sientas que sin ella nada tendría sentido, no lo es en absoluto.

El amor, por definición, es libre. Y aunque resulta difícil aprender de esa libertad, es importante trabajar la dependencia para que quien nos acompañe sea eso en nuestra vida: un compañero/a con quien querramos compartirla y no alguien que venga a cubrir algún tipo de necesidad.

Es por eso que es importante desterrar el mito de la media naranja: cada persona es completa en sí misma, y desde esa completud elige relacionarse con otro.

¿Qué señales te podrían ayudar a advertir que estás dependiendo demasiado de tu pareja?

[También te puede interesar: 10 peleas tontas que puedes tener con tu pareja sin que signifique una ruptura]

Sientes que tienes que ser de tal o cual manera para agradarle

Si temes que se vaya de tu lado, harás lo imposible para que crea que no encontrará a nadie como tú. Pero qué pasaría si simplemente fueras como eres, ¿no sería acaso más genuino?

Haces lo que él/ella quiere

Decir que "no" es muy sano para una pareja y ayuda a que ambos aprendan que el otro es alguien diferente, con otros gustos y preferencias que tienen que respetar. Ante todo, recuerda siempre serte fiel a ti mismo.

Con solo pensar en que no esté, tu mundo se derrumba

Suena muy poético decir que cuando alguien no está el mundo "se derrumba", pero esto no debe ser así. No por falta de amor, ni porque esa persona no sea importante en tu vida, sino porque también tienes otros mundos, tus amigos, tu familia, lo que te gusta hacer. Y en ello siempre podrás refugiarte.

[También te puede interesar: Parejas de famosos que demuestran que la diferencia de edad no es un impedimento para el amor]

Has dejado de ver a tus amigos/as

Es común que cuando dos personas comienzan a salir quieran pasar mucho tiempo juntas. Pero esto, en algún momento comienza a equilibrarse. Es preciso que cada uno tenga espacios por separado para poder seguir creciendo individualmente. Una relación sana cuida y respeta estos espacios.

Te importa más lo que necesita o lo hace feliz al otro que a ti mismo

No se trata de egoísmo, sino de amor propio. Lo primero que debes cuidar siempre es tu felicidad. Respetarte y quererte es el primer paso para tener una relación sana.

Tu estado de ánimo o lo que tienes para contar en el día siempre tiene que ver con tu pareja

Si estás enamorado/a es lógico que hables de tu pareja. Pero si constantemente lo único que tienes para contarle a tus amigos o familia es cómo está, qué hiciste con él/ella o qué pasa entre ustedes puede que estés dependiendo demasiado y necesites ampliar un poco la mirada.

Te sientes solo si haces cosas separada/o de él/ella

Hacer cosas solo/a si estás en pareja no tiene por qué ser algo negativo. Debes aprender a pasar tiempo contigo mismo o alimentar otros círculos afectivos para no depender tanto de tu pareja. Eso te hará crecer y nutrirte personalmente, y eso, sin duda, enriquecerá la relación.

¡Nunca dejes de lado tu deseo!

Fuentes:

Rolloid