El coronavirus ha paralizado la vida de millones de personas en todo el mundo. Sin importar religión, nacionalidad o posición económica. Debido a esta pandemia y al confinamiento muchas personas han perdido sus empleos y su salud mental se ha visto dañada.

Pero la peor parte de esta pandemia, son las personas que pierden la vida luchando contra este virus. Como si esto fuera poco, la emergencia sanitaria impide ver a familiares o amigos enfermos. De esta manera, se hace imposible despedirse de los fallecidos, con todo el dolor que esto implica.

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Entre tantas estadísticas, a veces olvidamos que detrás de cada número hay una historia, una madre, un padre, un hermano o un amigo que ya no está. Entre tantas historias, hay una que ha resaltado.

Se trata de la historia de Jihad Al-Suwaiti, un joven de 30 años. Su madre se contagió de coronavirus y el panorama no era para nada alentador, ya que padecía una enfermedad pre existente, la leucemia. Fue internada en el Hospital Estatal de Hebrón, en Cisjordania. Como todos los pacientes COVID-19 positivos, se encontraba privada de visitas, pero Jihad no soportó la situación y, sabiendo lo que se venía, decidió hacer algo al respecto.

“Me sentía impotente detrás de la ventana exterior de la sala de cuidados intensivos, observando sus últimos momentos”, explicó el joven que se decidió por acompañar a sus madre cada día en la ventana del hospital, trepando los muros para poder verla. Así pudo despedirse hasta que lamentablemente falleció.

El hermano mayor de Jihad contó que la seguridad del hospital lo regañó en varias ocasiones, pero que él no hacía caso y se arriesgaba para poder ver a su madre. Su relación era excelente y ella era su sostén, ya que había perdido a su padre hace 15 años.

Este emotivo momento quedó retratado en imágenes que se volvieron vírales y han dado la vuelta al mundo a través de las redes sociales. Incluso, algunas personas hicieron dibujos donde se ve al joven junto a su madre, en forma de homenaje.

Sin dudas, nada volverá a ser igual para ellos. Esta es una de las tantas historias qué se encuentran detrás de esta pandemia y las cifras de fallecidos que vemos en el noticiero. Por eso, hay que tomar consciencia, cuidarnos y así cuidar al otro. Ser empáticos y definitivamente valorar la salud y la familia.