Desde 1925, el Parque Nacional Virunga protege a más de mil especies. En él encontramos una gran biodiversidad que incluye especies endémicas y en peligro de extinción – mamíferos, pájaros, reptiles, anfibios y primates. Ubicado en la República Democrática del Congo, fue el primer parque nacional de África y en 1975 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El parque no solo protege la vida de éstos animales sino que también a la población local: crea puestos de trabajo y se mantiene a través de un espacio de sustentabilidad turística. También logró la construcción de hospitales, la rehabilitación de carreteras, la iluminación de energía sustentable para los pueblos aledaños y, como si fuera poco, atrae a más de 17.000 turistas al año.

Es por eso que el reciente cierre del parque tuvo un gran impacto en la economía local.

Desde el 18 de marzo que el parque cerró sus puertas por la crisis del Coronavirus con el fin de proteger a las comunidades locales y a los gorilas de la montaña de la transmisión del virus. El contacto entre locales o turistas y los gorilas también puede provocar que los primates se contagien de la enfermedad respiratoria.

A pesar de estar cerrado, un bebé de la población gorila cayó en una trampa de cazadores furtivos. Afortunadamente, el primate fue encontrado por los guarda parques antes de que sea tarde. De todos modos, los indicios de la presencia de cazadores adentro del parque son preocupantes.

Emmanuel De Merode, director del parque, advirtió que la escasez provocada por la crisis del coronavirus podría haber motivado la caza. Ante la falta de ingresos por el cierre de las actividades turísticas, los animales del parque tienen un atractivo económico como objetos de venta. Esto significa un peligro para los gorilas y la población local, que podría sufrir un ataque o emboscada.

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¿Qué ocurrirá con el parque?

De momento permanece cerrado: es fundamental que ningún brote de Covid-19 se propague entre primates, que ya sufrieron de brotes de Ébola hasta junio de éste año.

El parque hoy se sostiene gracias a los recursos de “The Virunga Alliance”. Se trata de una colaboración entre la sociedad civil, instituciones públicas y el sector privado en la que el parque proyecta generar más de 100.000 puestos de trabajo (directos e indirectos), entre otros objetivos. El proyecto tiene un triple enfoque basado en eco-turismo y energía y agricultura sustentable.

Aún así, las pérdidas causadas por la crisis sanitaria son enormes. Es por ello que la fundación Earth Alliance (fundada por Leonardo Di Caprio) y la Comisión Europea crearon un fondo de 2 millones de dólares para colaborar con el parque.

Fuentes:

Traveler