Si sumamos las palabras bio, que es vida, y mímesis, que es imitación, ya nos acercamos a lo que es la biomimética o biomímesis. Su rol es muy simple: imitar comportamientos y mecanismos de la naturaleza para encontrar soluciones aplicado a la tecnología. ¡Con solo mirar el mundo verde se han resuelto problemas que parecían indescifrables! Y lo mejor de todo, de un modo sustentable.

Marlén López, arquitecta biodigital, explica: "La Naturaleza se adapta a su entorno para sobrevivir, nosotros podemos hacer lo mismo si utilizamos la biomímesis”. Si buscas en la orilla del mar, encontrarás un buen ejemplo de esta aplicación: el estudio de los mejillones. ¿Sabías que copiándolos por su forma de agarrarse a las rocas se creó una cinta adhesiva no tóxica para uso medicinal?

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No tardarás en darte cuenta de que la biodiversidad es una fuente de inspiración inagotable. Y sí que tiene sabiduría, casi 4.000 millones de años de aprendizaje, por lo que no debes ignorarla. Dicho esto, te compartimos tres aplicaciones donde la biomímesis es la protagonista y que seguro te dejará pensando.

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1. Un edificio con muchos agujeros

Hay un edificio en Zimbabue que no necesita que enciendan el aire acondicionado o el sistema de calefacción para mantener confortables a los clientes que pasan por su puerta. ¿El secreto? Es que la temperatura interior de la construcción está regulada por energía renovable que se extrae del ambiente.

El centro Eastgate fue inspirado copiando una idea que te sorprenderá: los nidos de termitas africanas. Estos insectos crean montículos ventilados, colocando pequeños agujeros en su superficie. De esta forma, el calor del aire exterior se absorbe durante el día logrando una estructura con ventilación propia y equilibrada.

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Las termitas son animales complejos e inteligentes. Se las han ingeniado para mantener la temperatura de su hogar a 30ºC constantes porque de lo contrario mueren. Su nido oscila tan solo 1ºC entre el día y la noche. Y es de no creer que suelen habitar en ecosistemas con una amplitud térmica entre los 2ºC y 42ºC de máxima. ¡Asombroso!

2. Una flor muy inteligente

Esta vez la inspiración proviene del reino vegetal con la creación Smart Flower. Ella es una “flor robótica” que genera energía fotovoltaica limpia y tiene la forma de un girasol. Tal cual como hace la planta, se orienta con sus pétalos siguiendo sin parar al sol.

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Lo increíble es que este invento es hasta 40% más eficiente que los paneles solares tradicionales. Además, puede abastecer una casa o un pequeño negocio de manera portátil. Y si tuvieses una cerca podrías observar cómo gira hasta 360 grados. ¡Un gran avance en temas de energías verdes y alternativas!

3. Iluminación con luciérnagas

Esos bichitos que se ven encendidos en la oscuridad de la noche, las luciérnagas, han ayudado a mejorar las bombillas LED. ¿Cómo? Estos insectos tienen unas escamas especiales que están dispuestas de tal forma que consiguen un brillo extremadamente potente.

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Este funcionamiento lumínico se replicó a la confección de lámparas LED, aumentando un 50% su iluminación. Lo que fue una solución para combatir el problema de la luz eléctrica: representa el 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿No TE PARECE QUE LA NATURALEZA YA tiene LAS RESPUESTAS?