La agenda ambiental se suele imponer de distintas formas aunque por lo general se habla de ella intempestivamente, cuando nos encontramos ante desastres ecológicos como los incendios, coexistencia con animales silvestres nunca antes vista, un sinfín de problemáticas que dan cuenta de que el ambiente está cambiando, que el planeta está llegando al agotamiento de sus recursos y de su biodiversidad.

Por eso es importante trabajar en la educación ambiental, para hablar del tema de forma permanente, a largo plazo, con fuerte énfasis en el compromiso de los ciudadanos y, sobre todo, sirve para preguntarnos si como sociedad estamos listos para lograr consensos sobre cómo debemos actuar ante nuevos escenarios y desafíos.

¿Qué pasa con la educación ambiental en Argentina? Recientemente fueron sancionadas dos leyes muy importantes: la Ley Nacional de Educación Ambiental Integral y la Ley Yolanda.

Ambas alcanzan dos destinatarios importantes y responden a la necesidad de abarcar a la población general, en espacios formales y alternativos de aprendizaje, con debate y participación como instrumentos de conocimiento de la realidad y de transformación de la misma.

Y también interpelan a aquellos tomadores de decisiones, pues son urgentes las determinaciones en materia ambiental.

Construir ciudadanía

Mientras esto sucede, las Organizaciones de la Sociedad Civil vinculadas al cuidado del ambiente no sólo se involucran desde la acción, como puede ser el rescate o rehabilitación de animales silvestres.

También trabajan en la construcción de ciudadanía, promoviendo nuevos hábitos e incentivando la formación de agentes de cambio.

En esta instancia, la educación ambiental es esencial ya que promueve momentos que sensibilizan a la comunidad acerca de la importancia de la biodiversidad y la interconexión que tenemos con el ambiente y las especies. ¿Cómo se logra?

En el caso de Fundación Temaikèn las experiencias vivenciales en su Bioparque y reservas naturales en el territorio como en el Delta de Paraná en provincia de Buenos Aires y áreas naturales protegidas en el sur de Misiones (RN Osununú y RN Urutaú) son un gran recurso para lograrlo.

La construcción de una ciudadanía ambiental responsable con su entorno también se logra empoderando y concientizando a las comunidades en el respeto y cuidado de animales silvestres.

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Para esto la conservación es fundamental realizando acciones como:

Generación de campañas masivas de concientización y comunicación sobre conservación de la biodiversidad y las amenazas que esta enfrenta, promoviendo el rol activo de las personas en su resolución. Por ejemplo: enseñando a realizar consumos responsables y sustentables, desalentando el tráfico de especies, promoviendo la realización del turismo sustentable .

Involucrar a los actores locales en el desarrollo de proyectos ambientales en territorio para mitigar los problemas de conservación de las especies y ecosistemas vinculados al trabajo de la organización.

Educación ambiental y construcción de ciudadanía van de la mano.

Incentivar a las comunidades locales, valorar sus conocimientos y aportes, generar ambientes inclusivos, proponer visitas educativas guiadas, formar educadores, llevar adelante campañas y eventos, visitar reservas o bioparques, incursionar en las plataformas digitales, invitar a voluntarios, son algunas de las propuestas para hacer de la sociedad un actor más involucrado con la realidad ambiental.

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Desde las organizaciones es importante empezar a contar con estos socios ya que la articulación y la construcción en red hacen posible mejores resultados.