En 2011, el biólogo de vida silvestre Justin Brashares realizó un experimento junto a sus estudiantes, que consistió en colocar cámaras de seguridad a modo de trampa en el Parque Nacional Ruaha, en el sur de Tanzania (África), con el fin de estudiar el comportamiento reproductivo de los antílopes, que ha sido notablemente entorpecido por la actividad humana.

Lo que descubrieron fue muy extraño al principio. Los antílopes presentes en el parque se apareaban durante el día, mientras que los que usualmente salían de los confines del área protegida, más cerca de los humanos, emprendieron actividades por la noche.

Esto fue muy extrañó a los observadores, ya que los leones presentes en el parque suelen alimentarse de antílopes por las noches.

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Los antílopes de Tanzania se han vuelto nocturnos para no toparse con los seres humanos (Pexels)

Parece que, entre cruzarse con humanos o leones, los antílopes prefieren encontrase con los depredadores felinos.

Más adelante, el profesor realizó más estudios de este tipo en un intento por averiguar si había otros animales que arriesgaran sus vidas con tal de evitar a los humanos. Estudió otras 62 especies, entre ellos zarigüeyas y elefantes.

El resultado del estudio concluyó que muchos animales en todos los continentes excepto la Antártida están cambiando sus horarios, volviéndose nocturnos, con el fin de no encontrarse con la especie humana.

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Algunos animales prefieren arriesgarse a encontrarse con depredadores naturales que con humanos (Pexels)

Kaitlyn Gaynor, estudiante de Brashares, dijo: “Lo que nos sorprendió fue la consistencia del efecto, perciben una amenaza, incluso cuando no existe” refiriéndose a las actividades humanas como excursionismo y otras actividades no inmediatamente letales.

Esta táctica animal es parte de la evolución y, según Gaynor, esto podría beneficiar a todos, pues las especies que no pueden compartir espacio con los humanos huyen a otras regiones más recónditas, reduciendo así los riesgos de transmisión de enfermedades.

Un dato curioso es que nuestros antepasados mamíferos más antiguos también podrían haber apostado por la vida nocturna. En su caso, el cambio hacia la noche valió la pena: evitaron con éxito a un grupo de superdepredadores y dieron origen a uno de los linajes más exitosos, en términos de evolución y supervivencia.

Fuente

Para los Curiosos