Hay una crítica devastación marina de los océanos saqueados en América Latina, donde diversas especies enfrentan una alarmante situación de riesgo. La pesca ilegal, la presencia de embarcaciones industriales, el avance de megaproyectos turísticos y la débil fiscalización por parte de las autoridades están poniendo en jaque la supervivencia de mantarrayas, tiburones, peces y ballenas.
En esta nota reunimos cinco investigaciones clave para dimensionar el impacto ambiental en los ecosistemas marinos de la región.

Megacruceros amenazan al tiburón ballena en Baja California Sur
El pez más grande del mundo podría verse afectado por un nuevo muelle para cruceros en la bahía de La Paz. Expertos advierten que el aumento del tráfico marítimo eleva el riesgo de colisiones fatales.
Chile lidera en muertes de ballenas por choques con barcos
Un estudio internacional posiciona a Chile como el país con más casos de ballenas muertas por colisiones navales. Las especies más vulnerables son la ballena azul, fin, sei y jorobada.
Pesca ilegal en el Parque Nacional Revillagigedo bajo la lupa
Imágenes satelitales y redes sociales vinculan a un barco deportivo estadounidense con actividades sospechosas en la principal reserva marina mexicana, generando alarma entre científicos y ambientalistas.
Perú: autoridades permitieron la salida irregular de toneladas de tiburones protegidos
Una investigación de Mongabay Latam revela fallas en el control portuario entre 2021 y 2024, lo que facilitó el tránsito de más de 1.500 toneladas de tiburones incluidos en listas de especies protegidas.
Estas situaciones reflejan una crisis ambiental que demanda mayor vigilancia, legislación efectiva y conciencia pública. La conservación de la fauna marina de América Latina es urgente.
Los cazadores furtivos mataron a más de 100 rinocerontes en Sudáfrica

la acción es urgente
Estas situaciones reflejan una profunda crisis ambiental que pone en jaque la riqueza biológica de los océanos latinoamericanos. La urgencia no solo está en reforzar la vigilancia marítima y aplicar leyes más estrictas, sino también en fomentar una genuina toma de conciencia colectiva.
Gobiernos, empresas y ciudadanía deben asumir un rol activo en la protección de estos ecosistemas, que son vitales para el equilibrio del planeta. La vida marina no puede seguir siendo víctima del crecimiento desmedido, la impunidad pesquera y la indiferencia institucional. Es tiempo de actuar con compromiso y responsabilidad. La conservación de las especies marinas en América Latina no puede esperar más.