En Europa, tres operadores del sistema eléctrico en Holanda, en Alemania y en Dinamarca, presentaron a la Comisión Europa un proyecto (llamado North Sea Wind Power Hub) tan ambicioso como prometedor que proyecta hacerse realidad entre el 2030 y el 2050. 

La idea es construir una o varias islas artificiales rodeadas de parques eólicos marinos para generar energía renovable. Estas islas funcionarán como un punto de conexión para distribuir electricidad limpia a tierra. 

Según se proyecta, la isla inicial estaría ubicada en el centro del Mar del Norte, situado entre Gran Bretaña, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Noruega y Dinamarca. Se escogió esta zona ya que tiene un régimen de vientos muy favorables para la producción de energía eólica marina, y por la poca profundidad del mar donde se instalarían las miles de turbinas de viento. 

A diferencia de la energía eólica terrestre, en la marina las aerogeneradores se encuentran en mar adentro, donde la velocidad del viento es más productiva y constante. Además, pueden conectarse a las costas de manera más económica, mediante cables que funcionarían como interconectores entre los mercados energéticos de los países europeos.  

La isla tendría alrededor de 6, 5 km2, y contaría con muelles, aeropuerto, almacenes y otras comodidades de infraestructura para economizar la construcción de los parques eólicos.  

Se calcula que tendría una capacidad de producción de 30 gigavatios, aunque si se crea una especie de archipiélago podrían producirse entre 70 y 100 gigavatios, y así satisfacer la demanda de energía de 100 millones de consumidores.

Esto responde además al compromiso que ha tomado Europa de reducir en un 40% las emisiones de gases invernadero en el 2030 respecto a 1990, para evitar incrementos peligrosos de la temperatura del planeta.


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Si bien éste planea ser un proyecto a largo plazo, podría ayudar a reducir el costo económico y ambiental de la producción de electricidad. Además, permitiría ahorrar en cuanto a pérdidas de energía al distribuir la electricidad.

Sin embargo, hay dos cuestiones que desatan una polémica: en primer lugar que son islas artificiales, y en segundo lugar que para hacerlas se necesitarán 200 millones de metros cúbicos de arena, con lo que esta extracción implica.

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