Dentro de los insectos, las mariposas son uno de los que más llaman la atención tanto por su belleza como por su proceso de desarrollo.

En éste, la hembra busca una planta con la que se alimentan sus larvas y deposita en ella los huevos. Luego, nace la oruga, que va mudando de piel. Una vez que busca un lugar adecuado, se fija, permanece casi inmóvil, y forma la crisálida de la que luego emergerá la mariposa.

Sin embargo, a pesar de la perfección de este proceso, no le damos la importancia que precisan. Las mariposas son mucho más que insectos coloridos: realizan una labor imprescindible para el ambiente.

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Muchas de sus especies se encuentran amenazadas. En Canarias, por ejemplo, se encuentra en peligro la mariposa capuchina.

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Su mayor riesgo es la alteración del medio. Por ejemplo, hay especies que no estaban en Suecia o en Noruega y que están apareciendo allí porque ya no es tan frío el clima.

También las afectan otros factores como el uso de pesticidas, la expansión urbana y el desarrollo de los campos.

Si se extinguen las mariposas se puede producir un "efecto dominó": con ella puede, por ejemplo, extinguirse una avispa que se alimentaba de ella, y también significa que habrá menos aves porque tendrán menos alimento.

También existen plantas muy ligadas a una determinada especie de mariposa para su polinización. Por eso, la existencia de una va unida a la de la otra. Las mariposas favorecen el desarrollo de plantas y la abundante vegetación de los ecosistemas, y su presencia es importante para el equilibrio de todo lo que vemos a nuestro alrededor.

Fuentes:

El Sol de Tulancingo

20minutos