Todos nuestros consumos tienen un impacto en nuestro planeta. Por eso es tan importante consumir de manera responsable.

En relación con esto, en los últimos años se ha incrementado el llamado consumo verde, que consiste en la adquisisión de productos hechos específicamente para ser amigables con el ambiente, ya sean prendas de ropa, alimentos o cualquier otra cosa.

Sin embargo, un nuevo estudio de la Universidad de Arizona determinó que también es posible caer en un “consumismo verde”, es decir, el consumo excesivo de productos eco-amigables. La investigación, liderada por la doctora alemana Sabrina Helm, determinó que las personas que caen en este materialismo, también generan consecuencias negativas para el ambiente, a la vez que sufren de mayor estrés emocional que las personas que practican el consumo reducido.

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Fuente: Shutterstock

Los hallazgos

Los investigadores estudiaron el comportamiento de consumo de cerca de 1.000 estudiantes de entre 18 y 21 años de edad. Años después, verificaron sus decisiones de consumo, entre los 23 y los 26.

El estudio se centró en dos tipos de comportamientos: el consumo reducido y el consumo verde. El primero incluye acciones como reparar en lugar de reemplazar objetos, evitar compras impulsivas y no comprar cosas innecesarias. Es una forma de consumir modesta que cubre las necesidades y se concentra en lo que realmente necesitamos para vivir.

El otro comportamiento, el consumo verde, se expresa por medio de productos hechos con materiales reciclados o diseñados específicamente para tener un impacto limitado en el ambiente.

Los investigadores confirmaron que ambos influyen en la sensación de bienestar de los consumidores, y que las personas pueden expresar valores consumistas aun cuando se concentran en el consumo verde.

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Estrés consumista

De los individuos estudiados, las personas que tenían un perfil más cercano al materialismo mostraron una mayor inclinación hacia la acumulación de productos que los que entraron dentro del perfil del consumo reducido.

Esto tiene efectos sobre el bienestar mental y emocional de las personas. Los participantes menos materialistas mostraron mayores niveles de bienestar y menores niveles de estrés.

Los investigadores esperaban observar lo contrario, que las personas que consumen más estuvieran más satisfechas con cubrir sus necesidades por medio de productos verdes.

Sin embargo, no fue así. "Si tienes muchos objetos también tienes una mente cargada", dijo Helm con respecto a este hallazgo. Adicionalmente, aquellos con más valores materialistas tenían menos propensión a ser proactivos a la hora de ahorrar o elaborar presupuestos.

Si bien es cierto que reemplazar lo que compramos cotidianamente por productos y objetos con menor impacto, de acuerdo con Helm, la solución es reducir el consumo a lo necesario.

Fuente:

BBC Mundo

University of Arizona