Los mosquitos suelen ser molestos, principalmente en el verano cuando las temperaturas aumentan y ellos andan libremente por el aire. Su fuente de alimento son primariamente residuos orgánicos, sin embargo, con la acción humana su menú ha cambiado y ahora consumen plástico.

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Es cierto que los mosquitos pueden resultar molestos, y durante el verano nos cuidamos con todo tipo de repelentes de sus picaduras pues son transmisores de enfermedades, por mucho que a veces queramos, los mosquitos no pueden ser eliminados del ecosistema pues son fuente de alimento para otros animales como: aves, arañas, lagartijas y salamandras, también, las larvas de los mosquitos son una fuente importante de alimento para los peces.

Hemos leído recientemente en las noticias que la fauna marina ha sido una de las más afectadas por la cantidad de plásticos que llegan al mar. Esta semana, una investigación publicada por la revista especializada Biology Letters también saca a relucir otros afectados: los mosquitos.

Culpable: los microplásticos

La investigación liderada por la Dra. Rana Al-Jaibachi de University of Reading, Reino Unido demostró que los microplásticos (MP) son contaminantes generalizados que se encuentran en los ecosistemas marinos, de agua dulce y terrestres.

Con tantos PM en sistemas acuáticos, es inevitable que sean ingeridos por organismos acuáticos y transferidos a través de la cadena alimentaria. Sin embargo, hasta la fecha, ningún estudio había considerado si los MP se pueden transmitir por medio de la transferencia ontogénica, es decir, entre las etapas de la vida que usan hábitats diferentes.

En esta investigación, los expertos se preguntaron si las perlas fluorescentes de poliestireno podrían transferirse entre las etapas de vida del mosquito Culex y, en particular, si podrían pasar a la fase adulta voladora.

Resultados

Los investigadores demostraron por primera vez que los MP pueden transferirse ontogénicamente desde una alimentación (larva) a una etapa de vida sin alimentación (pupa) y posteriormente a la etapa de vida terrestre adulta. Sin embargo, la transferencia depende del tamaño de partícula, con MP más pequeños de 2 μm que se transfieren fácilmente a las fases de pupa y adulto, mientras que los MP de 15 μm se transfieren a una velocidad significativamente reducida.

Los MP parecen acumularse en el sistema de excreción renal del túbulo de Malpighian. La transferencia de MP a los adultos representa un posible camino aéreo a la contaminación de nuevos entornos. Por lo tanto, cualquier organismo que se alimenta de las fases de la vida terrestre de los insectos de agua dulce podría verse afectado por los PM que se encuentran en los ecosistemas acuáticos.

¡Una razón más para reducir el uso de plásticos!

Fuente:

Biology Letters