A lo largo de los últimos años empezamos a ver una transición energética hacia tecnologías bajas en emisiones de carbono o renovables.

Estas nuevas tecnologías son las que han crecido en mayor numero en el mercado. Junto a eso proviene la reducción de sus costos, pero existen algunos problemas. La diferencia de generación eléctrica en distintos periodos de tiempo (día-noche, temporadas) y la capacidad de almacenar esa energía y utilizarla en otro momento.

En una matriz energética, para suplir de energía a la red cuando la generación por parte de las renovables disminuye por alguna razón, otras fuentes de energía más estables (en cuanto a su producción) entran en acción. Muchas de éstas fuentes están hechas para producir de manera constante y si se quiere, producir de más. Entre este grupo se encuentran fuentes como el carbón, gas, hidrocarburos o nuclear.

Entonces, en este escenario frecuente en las nuevas matrices, cuando la generación de renovables se ve afectada, el consumo de gas, carbón o hidrocarburos suele aumentar. Con este consumo, también aumentan las emisiones de dióxido de carbono.

Es en este escenario donde entra en juego la energía nuclear, siendo una energía que no emite dióxido de carbono y necesaria para la reducción del consumo de otras fuentes emisoras.

¿Como funciona la energía nuclear?

Un reactor nuclear utiliza combustible de uranio enriquecido. Este uranio proviene de extracción mineral y se somete a un proceso de purificación y enriquecimiento para llegar a ser apto para ser explotado como combustible nuclear.

En el reactor, el uranio contenido es el elemento que se fisiona, generando una gran cantidad de energía y produciéndose los productos de fisión y sin emitir dióxido de carbono.

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La radioactividad y residuos nucleares

La radioactividad es una propiedad de ciertos elementos que tienen un núcleo inestable. Para llegar a condiciones de estabilidad, modifican su estructura nuclear con el fin de llegar a convertirse a un elemento más estable.

Esas modificaciones, se consiguen emitiendo radiaciones en formas de partículas y energía. Estas pueden ser alfa, beta o gamma, todas estas clases de radiaciones son ionizantes: su interacción con la materia puede inducir cambios produciendo daños en los tejidos de seres vivos.

Por eso, el objetivo fundamental de la gestión de los residuos radioactivos es aislarlos de la biosfera. Esto, en resumen, es aislar los radioisótopos emitidos según el poder de penetración de las radiaciones que emitan los diferentes residuos.

En Argentina y muchos otros países, el tipo de gestión de los residuos radioactivos tienen una línea de gestión completamente separada y mucho más sofisticada a otras clases de residuos debido a su peligrosidad y duración. Los mismos son manipulados y almacenados siguiendo estrictas regulaciones y estándares de seguridad, establecidos por organismos reguladores nacionales e internacionales.

Las regulaciones en general dependen de oficinas estatales especializadas. Las mismas siguen lineamientos de la OIEA, que establecen principios, normas, procedimientos especiales, normas, guías y recomendaciones.

El ejemplo de Alemania

En los últimos años, en algunos países se ha acelerado el desmantelamiento de centrales nucleares debido a la amenaza de algún accidente como el de Fukushima.

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Alemania ha optado por una reducción de dependencia de sus reactores nucleares y apostar mucho por las energías renovables como solar y eólica. Su modelo se ha basado en un mix formado por una capacidad instalada de Alemania de 228 GW, con un 28% de energía eólica (64 GW), un 26% de energía solar (58 GW), un 17% de gas (39 GW) y un 16% de carbón (37 GW).

Las instalaciones de ciclo combinado (gas y carbón), le daban flexibilidad al sistema, produciendo de manera estable para suplir con toda la demanda y si se necesita, sobre producir. Pero, últimamente con la crisis del gas ruso, la quema de carbón (que es mucho mas contaminante) aumentó, y por lo tanto, también aumentó el precio del kW/h.

Para noviembre del 2022, que las condiciones de sol y viento disminuyeron en Alemania, la quema de carbón aumento y por lo tanto también las emisiones emitidas.

Actualidad

En 2022, el Parlamento Europeo declaró a la energía nuclear necesaria para la transición energética sostenible “como fuente que no emite CO2 y que ofrece estabilidad energética, más aún en un momento estratégico de problemas con los combustibles fósiles”. El IPCC también reconoce el papel de la energía nuclear para frenar las emisiones y el cambio climático.

Actualmente se considera que la energía nuclear esta viviendo un nuevo nacimiento, siendo la apuesta de grandes economías, construyéndose nuevos reactores en todo el mundo y aumentando la vida útil de muchos otros. En la Argentina, la energía nuclear es la responsable por el 7,5 % de la generación eléctrica con sus tres centrales nucleares. El mayor ejemplo de la energía nuclear en un mix energético es Francia, donde es responsable de el 70 % de la generación eléctrica del país, ahorrando una gran cantidad de dinero a sus usuarios, evitando la importación de gases y toneladas de emisiones por año.

En resumen, la gran apuesta a las energías renovables dentro del mis energético debe ser de manera equilibrada, para dar respuesta a la demanda con el apoyo de las nucleares. De lo contrario, una apuesta absoluta a las renovables puede crear problemas, relacionados a los precios y seguridad del suministro, además de el crecimiento de las emisiones.