El sector del transporte urbano es uno de los que tienen un impacto más negativo en el ambiente: contamina el aire, satura las vías de circulación, impacta en la salud y el bienestar de la población.

Frente a este panorama, la movilidad sustentable comenzó a hacer eco alrededor del mundo como una alternativa con menor impacto ambiental: caminar siempre que sea posible, usar la bicicleta, elegir el transporte público y compartir los viajes en automóvil. Dentro de esta búsqueda, la movilidad eléctrica propone reemplazar los vehículos que utilizan motores a gasolina y diesel.

Existen bicicletas, motocicletas y monopatines eléctricos, así como automóviles, camionetas y autobuses. En algunos países de Europa son una realidad hace una década, y en Latinoamérica la movilidad sustentable también está comenzando a instalarse.

Ventajas de los vehículos eléctricos

Los motores de gasolina y diesel, que tradicionalmente tienen los vehículos a combustión, son grandes contaminantes: producen una gran variedad de gases tóxicos que, en su mayoría, pasan a convertirse en gases de efecto invernadero.

Por el contrario, los vehículos eléctricos no emiten gases tóxicos, lo que ayuda a mitigar los efectos del cambio climático. Sin embargo, se deben considerar factores tales como el origen de la electricidad, el tamaño del vehículo, el tiempo de carga y la vida útil de las baterías.

La reducción de las emisiones también tiene un menor impacto en la salud de quienes los usan, ya que la exposición a gases tóxicos perjudica el cuerpo de los seres humanos, especialmente el sistema respiratorio. El recalentamiento de los motores, los ruidos constantes y la tensión en las piernas que suponen los vehículos a combustión también afectan la salud.

Estaciones de recarga para los vehículos eléctricos.

La movilidad eléctrica supondría un ahorro económico en el mantenimiento de, por ejemplo, un automóvil de combustión que suele presentar mayores problemas de fricción, temperatura y desgaste. Así, utilizar electricidad en vez de gasolina también supondría un ahorro.

Si bien la movilidad eléctrica podría ser una excelente alternativa sustentable, todavía es necesario afinar algunos aspectos dentro del sector. Hoy en día, muchos países no cuentan con las facilidades para que pueda instalarse masivamente. Al ser vehículos importados, el costo es mucho más alto, y también hay limitaciones a la hora de recargar la batería, ya que pocos países cuentan con cargadores públicos.

Para que los transportes eléctricos sean una alternativa real, se necesita un fomento desde el sector público, pero también se requieren cambios de hábitos y costumbres sociales que permitan llegar a un modelo de movilidad realmente sostenible.

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Fuente

Fundación Centro de Entrenamiento en Energías Renovables para la Mitigación y Adaptación al Cambio Climático